El proyecto político de Jean Monnet

AuthorCarmen Bolaños Mejías
ProfessionUniversidad Nacional de Educación a Distancia
Pages373-388
1. Introducción

La Unión Europea se encuentra en un momento de transformación, inmersa en el trance de superar el marco institucional dentro del cual se ha desenvuelto hasta ahora, para encontrar la fórmula oportuna que la dote de mayor eficacia y representación política y jurídica de todos los ciudadanos que la integran. Es preciso recordar que la idea inicial de la mayoría de los movimientos europeístas, especialmente los continentales, tal y como se expresó en el Congreso de Europa (1948), pretendían una unión política, y que, ante la dificultad de conseguir directamente una meta tan ambiciosa, se recurrió a la vía más factible, aunque más lenta, de una unión económica que empezó por las industrias del carbón y del acero (1951) y que se fue extendiendo al conjunto de la economía: Comunidad Económica Europea y Comunidad Europea de la Energía Atómica (1957), posponiéndose el debate político, jurídico e institucional en torno a dicha unión.

Uno de los primeros en expresarse públicamente en términos económicos fue Winston Churchill, quien en septiembre de 1946, en una conferencia pronunciada en la Universidad de Zurich, dejó sentadas las premisas de una unión europea con las siguientes palabras: Si Europa se uniera algún día para compartir su herencia común, no habría límites a la prosperidad y felicidad de que gozarían los 300 o 400 (sic) millones de sus habitantes. Voy a decir algo más que les sorprenderá, el primer paso para la reconstrucción de la familia europea, ha de ser una asociación entre Francia y Alemania. El tiempo apremia y el primer movimiento ha de consistir en crear un Consejo de Europa 1. Page 373

La idea de formar una comunidad europea iba creciendo, pero antes había que conseguir la paz. Así lo reclamaban en la postguerra europea Jean Monnet, Robert Schuman, Alcide de Gásperi, Konrad Adenauer quienes, entre otros, fueron conscientes de los graves problemas económicos. Ellos partieron de esos problemas no solamente para superarlos, sino sobre todo para satisfacer una exigencia fundamental, hacer de la paz entre los pueblos una costumbre de vida.

De todos ellos, nosotros hemos fijado nuestra atención en Jean Monnet, un idealista burgués, protagonista de la construcción comunitaria, como se desprende de los datos localizados en los escritos de Adenauer, Schuman y del propio Monnet2, quien en 1975, se apartaba de las actividades políticas el tiempo necesario para escribir sus Memorias legando a la posteridad un libro imprescindible para entender el proceso de construcción de la Unión Europea . Formar el pueblo europeo nacido de la Cultura de la Europa de la Unión Europea 3 fue la gran obra del siglo XX, cuyo inicio oficial lo marcó Robert Schuman el 9 de mayo de 1950 en el Salón del Reloj del Ministerio de Asuntos Exteriores de París. Monnet, al recordar años más tarde la efeméride escribió: habíamos zarandeado con fuerza la historia rectificando mediante un acto de voluntad el curso ciego de los acontecimientos 4. Razón por la que el hilo conductor de este trabajo será la Page 374 idea de Jean Monnet, y teniendo en cuenta esta consideración se entenderá que nuestra guía hayan sido sus Memorias, obra en la que concreta su proyecto de Unión Política de los países europeos a través de unas instituciones comunes con capacidad de ejercer competencias reservadas hasta entonces a los Estados.

2. Datos biográficos

Jean Monnet nació en 1888 en el seno de una familia de la burguesía profesional de Coñac. La fuerte personalidad de su padre contribuyó de manera decidida a dibujar su perfil cultural y su talante negociador. Al relatarnos Monnet el entorno geográfico en que nació nos explica que fue en una ciudad abierta al mundo Allí o a partir de allí, aprendí sobre los hombres, sobre los asuntos internacionales, más de lo que hubiera podido aprender con una educación especializada. Me bastaba con mirar y escuchar. Y por eso, no hubo el menor problema cuando le pedí a mi padre, terminado el primer bachillerato, entrar en el negocio familiar. La escuela nunca me había gustado. Rechazaba la ciencia libresca; algún problema me impedía aprender de memoria Tengo el recuerdo de una infancia seria y disciplinada 5.

Esta descripción concuerda perfectamente con ciertos pasajes de sus Memorias que nos permiten trazar el retrato humano, su carácter y su actitud ante los hechos cotidianos. Su carácter animoso para sortear los inconvenientes: Esta disposición de ánimo, o más bien esta disponibilidad del ánimo es quizás lo más importante de la acción 6, al ánimo añadió su preparación pues, había que estar bien dispuesto para atender convenientemente cualquier oportunidad que surgiese, La vida es generosa en oportunidades de actuar, pero hay que prepararse de largo tiempo para ellas mediante la reflexión, a fin de reconocerlas y aprovecharlas cuando surgen 7. Tuvo talante perspicaz y observador con cuantas personas le rodearon: Cuando la gente ve que uno no intenta quitarles el sitio ni suplantarlos ofrece de buen grado su colaboración 8. Estas cualidades le acompañaron toda la vida sin faltarle grandes dosis de rigor: Triunfemos en lo que hacemos y no decidamos en función de la opinión que los demás tienen de nosotros o en función de lo que quisieran que hiciéramos sin esperar nada de los demás, salvo que vengan a nosotros al constatar que nuestra voluntad es inquebrantable 9.

Su profundo conocimiento de la evolución de los estados europeos en el siglo XIX le llevó a defender una nueva visión de Europa, donde lo peculiar aparecía Page 375 como primera realidad para valorar la tradición cultural del continente: Las cosas son siempre más lentas de lo que se piensa y por eso para triunfar no hay que ponerse límites de tiempo 10. De hecho, cuando tuvo que proporcionar a Schuman ideas para resolver la encrucijada del problema alemán, Monnet no dudó en incorporar al texto de la Declaración del 9 de mayo de 1950: Europa no se hará de una sola vez, ni a base de una estructura de conjunto: se hará mediante realizaciones concretas, empezando por una solidaridad de hecho .

Jean Monnet creció en un ambiente escogido que influyó decisivamente en su formación y en su actitud ideológica. Su madre católica y su padre mercader guiaron con gran acierto y genio la riqueza humana que caracterizará a su hijo. Le transmitieron el respeto por el liberalismo, por la civilización francesa y por los negocios. Su propia casa fue un activo salón de visitas y de encuentros culturales, ya que se consideraba una parada obligatoria para cualquier visitante a la ciudad. Familiarmente estaba abocado a continuar con los negocios paternos, su pertenencia a la burguesía profesional le invitaba a apoyar con decisión cualquier causa de los viticultores franceses e incluso a implicarse en cuestiones de importancia nacional para reclamar la adopción de medidas que beneficiaran el intercambio y el comercio de los productos de su región, especialmente el coñac.

Su niñez discurrió en un cuidado ambiente. La formación que la familia deseaba para él buscaba que su personalidad alcanzase la racionalidad crítica, el equilibrio estético y una ética de compromiso con el negocio familiar. Sin duda el influjo familiar iba a determinar con fuerza la inclinación profesional de Monnet. Estaba Inserta en una actividad comercial que le permitía darse cuenta de las rápidas mudanzas que acaecían en su organización, aspiraban a que sus miembros más jóvenes participasen en los retos empresariales. Finalizado el bachiller y demostrada su inquietud emprendedora, Monnet decidió iniciarse en los negocios familiares. Allí debería cumplir con dos obligaciones, la primera, alcanzar la formación necesaria para acceder a una profesión de posible éxito económico, y a imagen de la propia experiencia paterna, viajar para aprender idiomas, conocer a los distribuidores de su producto y las exigencias de los mercados de quienes eran sus clientes. No lleves libros. Nadie reflexionará por ti. Mira por la ventana, habla con la gente, presta atención al que tienes a tu lado 11, tal fue el plan trazado por su padre y que Monnet cumplió atentamente visitando Inglaterra, Suecia, Rusia, China, Estados Unidos, Canadá, Egipto, etc. Durante estos viajes cabían los paseos, pues según nos relata Monnet, para ver las cosas con claridad tengo que concentrarme, y eso sólo lo logro aislándome, en el curso Page 376 de largas caminatas 12, el diálogo con hombres cuya regla básica es no equivocarse: banqueros, industriales, abogados, periodistas, el aprendizaje y desde luego, bastante dosis de sentido común y de ejercicio racional. Así al recordar sus viajes regulares a Washington, Nueva York o Londres afirmaba que: siempre comienzan con el mismo ritual de amistad, de donde saco mis consecuencias más seguras . Su deseo de aprender le llevó a observar con curiosidad las personas y culturas que le permitirían abrir nuevos mercados a la firma Propietarios Vinícolas de Cognac, Jean Monnet y Compañía, competidora de los Henessy y Martell, circunstancia que, andando el tiempo, le facultó para adentrarse en la política.

La primera Guerra Mundial le alejó de su ciudad natal, por lo que dejó de promocionar su coñac para convertirse en un hombre clave en la economía anglo- francesa de quien dependía asegurar el aprovisionamiento de la sociedad y del ejército13. En 1929 fue vicepresidente de la Corporation Bancamerica-Blair de San Francisco, él mismo resume aquella experiencia como banquero con breves palabras: gané y perdí mucho dinero 14. En 1932 recibió el encargo de liquidar, en Estocolmo, la industria del magnate Ivar Kruger, para intervenir, más tarde, en la modernización económica de China, donde todo estaba por crear, porque en Shangai, capital de los negocios y del dinero, no había más que bancos de depó-Page 377sitos donde los chinos del sur...

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