Desafíos y retos de la Unión Europea

AuthorDesiderio Fernández Manjón
ProfessionUniversidad Nacional de Educación a Distancia
Pages511-534
1. La Unión Europea como espacio geopolítico constructivo de nuevos valores

La Unión Europea UE1 en lo sucesivoconstituye un bien en sí porque, por una parte, ha garantizado la paz durante más de 60 años en un espacio con conflictos bélicos casi permanentes durante más de mil quinientos años y, además, ofrece visos razonables de que va a continuar garantizándola. Por otra parte, ha permitido estabilizar socio-políticamente varios Estados víctimas, durante gran parte del siglo XX, de dictaduras, especialmente en el Sur: España, Grecia y Page 511 Portugal; en ellos, como se ha mostrado a lo largo de estos cuatro lustros de su incorporación a las instituciones comunitarias europeas, han quedado conjuradas las intentonas de esa índole. Ha revelado, además, la gran relevancia de la descentralización en todos los ámbitos y niveles territoriales mediante el enunciado y el impulso, aunque muy timorato aún, del principio de subsidiariedad. Y, por no alargar más la relación de los netos beneficios para los pueblos europeos, y lejos de interés alguno de abarcar todos ellos, cabe destacar la dignificación que, con su pertenencia a estas estructuras, ha imprimido a Estados pequeños, a Estados escasamente relevantes en la historia de los dos últimos siglos europeos y a Estados sospechosos de escasa europeidad, entre ellos nuestra propia España.

También ha impulsado el desarrollo de unas infraestructuras obsoletas e inadecuadas que bloqueaban el desarrollo económico de numerosos Estados. Asimismo, ha facilitado, además de por la mejora de las comunicaciones terrestres, el tránsito ágil entre los pueblos, lo que puede contribuir tanto a optimizar el mutuo conocimiento entre ellos, como su sentido de pertenencia a una realidad territorial concreta.

Ha racionalizado la legislación y ha contribuido a modernizar la de todos los Estados miembros. Ha favorecido la homogenización de ciertas políticas públicas estatales que dificultaban el tránsito ágil de personas y bienes con los encarecimientos y pérdidas inherentes a la citada lentitud. Ha impulsado la colaboración interterritorial aunque, y con relación a la colaboración interregional, ha solido ir a la zaga de las políticas impulsadas por el Consejo de Europa.

No me corresponde en este corto espacio hablar, asimismo, de las grandes bondades que en el ámbito económico han producido estas instituciones europeas en un continente arrasado por la guerra más destructora de toda la historia de la Humanidad (la II Guerra Mundial II GM en lo sucesivo) y por las consiguientes pérdidas de mercado de bienes y de capitales para los Estados europeos y su sustitución por otras potencias emergentes.

Este somero balance de logros ya sería suficiente para indicar la bondad de esta creación de ingeniería político-administrativa. Sin embargo, no sería conveniente que nos conformásemos y no aspirásemos a mayores logros que, sin duda, puede producir. De esto trata mi contribución. Por razón de espacio no pretendo enunciar ni analizar todos los retos. Lo más importante en mi entender es que todos los retos sobre los que indago se pueden afrontar y que está en los ciudadanos europeos la clave para hacerlos realidad exigiéndolos a nuestros políticos; o, mejor dicho, trabajando para que la participación ciudadana, uno de los grandes déficits de este constructo político-administrativo, se incremente de forma muy estimable y, con ello, otorgue una legitimidad de la que ahora se encuentra muy escasa. Page 512

2. Retos internos de la Unión Europea
2. 1 Retos por causa de las propias estructuras comunitarias y por la puesta en marcha del espacio común europeo

Europa intenta construir un futuro para superar definitivamente un pasado milenario de odio y de destrucción. Para ello debe afrontar inmensos retos y desafíos.

2.1.1. Las desigualdades económicas entre diversos Estados y entre distintas regiones

La construcción de las estructuras europeas ha pretendido, y en buena parte, logrado, amortiguar las desigualdades socioeconómicas existentes, después de la II GM, entre algunos de los Estados que las integraban.

Es claro que las diferencias de partida son inmensas y que éstas no son solo coyunturales lo que podría paliarse en varios lustros. °No!. Las diferencias económicas entre Estados son profundas porque son estructurales: estado de las vías de comunicación, grado de desarrollo de algunos sectores de producción y de la actividad económica decisivos para garantizar una competitividad generadora de ventajas e influencias en nuestro mundo tecnificado, valor del capital humano necesario para afrontar retos de la nueva economía, formación de calidad y actualizada, masa cultural empresarial e historia del empresariado, entre otras.

Algunas de estas dificultades pudieran afrontarse con inversiones apropiadas en un intervalo de tiempo de cuatro o cinco lustros; no así otras como la cultura empresarial o el capital humano.

Por otra parte, si varios de los Estados que se incorporaron hace cuatro o cinco lustros (Grecia, Portugal y España) han logrado amortiguar poco las profundas diferencias que les separaban de los Estados que se encuentran a la cabeza del desarrollo económico europeo, y eso a pesar de los importantes flujos de capital cedido a ellos mediante los Fondos de Cohesión y Estructurales, más oscuro se presenta el horizonte cuando, además, ahora se han incorporado diez Estados varios de los cuales están incluso muy por debajo del grado de desarrollo y de las condiciones históricas de los mencionados Grecia, Portugal y España. Por tanto, las necesidades de apoyo al desarrollo de éstos se debiera incrementar de manera sustancial. La cuestión es hasta qué punto los Estados que se hallan por encima de la media europea están dispuestos a apoyar económicamente esta empresa.

Quizás la gran baza para el desarrollo paulatino de estos Estados estribe en que el sometimiento a una importante disciplina monetaria (control severo de la inflación y de la deuda pública, principalmente) y con el respaldo de una moneda fuerte evite catástrofes económicas para ellos y esto les permita crecer per-Page 513manentemente por encima de la media europea y reducir así, a largo plazo, las abismales diferencias actuales. El clima de seguridad que a bien seguro encontrarán en el seno de las instituciones europeas puede contribuir, asimismo, a liberar sus propias energías y avanzar de manera más rápida.

2.1.2. Los movimientos de población en el seno comunitario

Fruto de las mencionadas profundas desigualdades económicas aparecen las también muy sustanciales desigualdades sociales y territoriales en el seno de la UE. Esto da pie a que grandes masas de población ansíen moverse en su seno buscando mejores oportunidades e, incluso en ocasiones, lo que es muy preocupante, buscando un enriquecimiento rápido sin reparar en la licitud de los medios utilizados. Aparecen, de este modo, problemas de despoblamiento de ciertas zonas, la consiguiente pérdida de culturas y, lo que es más preocupante, se generan grandes problemas de orden público en el seno de los Estados receptores.

Es incuestionable que una política de distribución de fondos económicos completamente enfocados a favorecer la formación humana y la creatividad, que sirvan para mejorar las infraestructuras e impulsar una formación profesional, ocupacional y continua adecuada y de calidad y que favorezca la investigación básica y aplicada en nuevos recursos y en redefinición y readaptación de los recursos tradicionales, como se viene haciendo desde hace varias décadas a través de los Fondos Estructurales, en beneficio de ciertos Estados o de regiones deprimidas de los mismos, puede contribuir a generar riquezas locales, a incentivar iniciativas empresariales en estos ámbitos y a disminuir los flujos de población.

Sin embargo, han de transcurrir aún varios lustros para que ese efecto beneficioso, suponiendo que se realizan estas políticas de impacto de forma debida, pueda alcanzarse de manera significativa.

2.1.3. La conveniencia de unas reglas básicas y comunes de fiscalidad

Una política de potenciación de la igualdad social y territorial supone una redefinición profunda y radical de la política fiscal en los Estados de la UE que garantice ingresos suficientes a todos sus ciudadanos y que recaiga de acuerdo a criterios establecidos entre todos los Estados europeos para que la realización del trabajo por cuenta ajena o de trabajadores autónomos y las inversiones empresariales no se encuentren descompensadas e inciten al movimiento ventajista de poblaciones y de capitales. Es obvio que las empresas invertirán en función de la fiscalidad más favorable, los trabajadores...

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