El pensamiento europeista de Juan Luis Vives: pacifismo cristiano y alianza contra el turco (1492-1540)

AuthorJosé Cano Valero
ProfessionUniversidad de Castilla-La Mancha
Pages263-284

En este pequeño trabajo se estudia uno de los primeros humanistas españoles, más concretamente valenciano, universal, que se movió en el espacio geopolítico donde se estaban desarrollando los acontecimientos más importantes de la civilización Occidental, Europa; porque su pensamiento para aquel tiempo es universal, al recoger las tendencias y preocupaciones de una nueva cultura que se estaba consolidando, el Renacimiento y el Humanismo; porque su fama será universal. Me refiero a Juan Luis Vives (1492-1540), cuando tienen lugar importantísimos acontecimientos sociales, políticos, espirituales y económicos, como el Descubrimiento del Nuevo Mundo (12 de abril de 1492), la Reforma de la Iglesia Católica y su división, la consolidación de las Monarquías nacionales (Inglaterra, Francia, España) y la gestión de una nueva organización jurídico pública en Estados modernos, que pugnaban por la hegemonía del espacio geo-político europeo, principalmente, entre el monarca francés Francisco I y el soberano español y emperador Carlos V, así como el inglés Enrique VIII, lo cual sumía a los príncipes cristianos en una continúa contienda y sistema de alianzas, soslayando el peligro turco que amenazaba a los pueblos europeos y perderse la Cristiandad con la expansión de nuevo del Islam, como había ocurriendo siete siglos atrás.

1. Juan Luis Vives: vida, formación y actividad profesional

Juan Luis Vives nace en la ciudad de Valencia (probablemente el 6 de marzo de 1492), en una familia de mercaderes judeoconversos, poco antes de expedirse Page 263 el decreto de expulsión de los judíos (31 de marzo de 1492), que se había enriquecido con la actividad mercantil pañera y como recaudadores de impuestos reales, creando un importante patrimonio económico; pero, de educación cristiana, creencia que no cabe ponerle en duda a pesar de su ascendencia judía.

Su ciudad natal, Valencia, entre fines del siglo XV y principios del XVI es una población populosa, mercantil, tolerante, que atrae a un buen número de gentes de los territorios vecinos durante el siglo XV, cautivados por su clima y riqueza, hasta llegar a convertirse en la primera plaza de contratación y comercio de España (Piles Ros), y todo ello contribuyó al desarrollo cultural de la ciudad, donde prendería la vocación humanista del joven Vives. Un signo de esto es la impresión del primer libro en España.

Su formación la inicia en esta ciudad aprendiendo latín como cualquier otro futuro universitario, además de griego y la cultura antigua grecoromana. Durante estos primeros años pudo conocer ya a Erasmo (1466-1536) a través de sus obras, quien sería después buen amigo, le ayudaría al despegue intelectual y le llamó su maestro1.

Antes de abandonar la ciudad de Valencia, el tribunal de la Inquisición de este reino había iniciado el proceso inquisitorial a su familia (1500-1524) por presunto judaísmo. En 1500 encuentran una sinagoga clandestina en la casa de un primo suyo, Miguel Vives, que desencadena la persecución de toda la familia. Ese mismo año detienen a su padre; algunos familiares condenados a severas penas y otros relajados al brazo secular para morir en la hoguera: su abuelo Miguel Vives es condenado, sus huesos desenterrados y quemados en un acto público en 1505; pierde a su madre (1508) y sus restos exhumados después al resultar condenada, para quemarlos también en el fuego inquisitorial.

Ante esta dramática situación de persecución familiar, Juan Luis Vives, con apenas dieciséis años, se exilia en París (1509-1514) y continúa sus estudios superiores en Artes (Filosofía y Lógica) en los colegios de Beauvais y de Monteagudo de aquella Universidad; e inicia así una vida viajera en busca de saber y de trabajo, que le llevaría a recorrer buena parte de Europa septentrional, para ya no volver a España. No obstante, este europeo de dimensión universal, que siempre se sintió hispano y preocupado por las cosas de una patria de la que no se desarraigó nunca ñdice Antonio Fontán, uno de sus mejores conocedoressabía más de España por los libros, los viajeros, sus corresponsales y las colonias de emigrantes de París, Flandes e Inglaterra, que por su propia experiencia personal 2. Page 264

En la cosmopolita ciudad de París entra en contacto con los humanistas, a los cuales trató, cultivo la amistad con muchos de ellos y, lógicamente, influirán en su orientación intelectual y futuro pensamiento, como Jerónimo Alejandro de la Motta (1480-1542), traído por Luis XII desde Italia en 1509, impulsando los estudios humanistas de aquella Universidad y con el cual se carteó. Entra en los círculos humanistas parisinos de la mano de Bérault y frecuentó sus lecciones, orientando y consolidando su interés por los autores clásicos y la cultura grecolatina, además de infundirle los principios generales del Derecho y de la justicia legal; o con el francés Guillermo Budé durante sus últimos años parisinos (1512- 1514). Aquí profundiza en las obras de Erasmo a través del Elogio de la locura (1511) y la reimpresión del Enquiridion o Manual del Caballero cristiano, y entra en contacto con la corriente del humanismo del noroeste europeo, que completaría en Lovaina, sobre todo, al entrar en contacto personal con él3, además de Juan Dullaert de Gante (h. 1486-1513) o Gaspar Lax de Sariñena (1487-1560), maestros y amigos de Vives. Sin embargo, en la formación de Vives, Antonio Fontán destaca un ímprobo trabajo personal de lectura, estudio, memorización, ejercicios de redacción y meditación solitaria 4. En París pudo ser docente, lo mismo que en Lovaina y Oxford, y empezaría a escribir también sus primeros trabajos, donde regresaba con frecuencia los primeros años para seguir sus publicaciones.

A partir de 1512 empieza a viajar con frecuencia desde París a los Países Bajos y sus ciudades: Lovaina, Malina, Gante, Bruselas, Lille, Amberes, Breda y, sobre todo, Brujas, donde acabó fijando su residencia y casándose (1524). Los territorios de Flandes se habían convertido en la tierra donde se instalan los comerciantes españoles por su actividad mercantil; se integran en la Corona española desde el matrimonio de doña Juana la Loca con don Felipe el Hermoso ; y allí nació el príncipe don Carlos y vivió hasta 1517, cuando tiene que trasladarse a España para ceñir la Corona tras la muerte de su padre y la enfermedad de su madre. En la ciudad de Brujas, en particular, se desarrollaba una gran actividad mercantil, residen numerosos mercaderes españoles y, concretamente, valencianos como Bernardo Valdaura, amigo de la familia Vives, y judíos como ellos, que se habían establecido algunas generaciones antes; también vivían numerosos teólogos españoles que mantenían estrecho contacto con París. En esta ciudad Vives trabaja como preceptor privado y cuando pasa a Lovaina, ejerce también como profesor de su Universidad. Además, un espíritu inquieto y abierto como el suyo, le permite entrar en contacto pronto con el Humanismo de aquellas tierras y hacer amistad con los intelectuales afines como Marcos Laurín, Juan Fevyn o Francisco Cranevelt; éste último, jurisconsulto de Nimega, quien Page 265 sería su mejor amigo y confidente. También trabó amistad con Adriano Florenz de Utrechet, preceptor del príncipe don Carlos, y futuro papa Adriano VI, lo mismo que Guillermo de Croix, señor de Chiévres.

Este poderoso noble flamenco, Guillermo de Croy, lo eligió como preceptor de su sobrino en 1517, el joven aristócrata Guillermo de Croy, obispo de Cambrari, estableciéndose una gran relación entre maestro y discípulo, dedicación que no le permitiría grandes ausencias, y a quien acompañó a la Universidad de Lovaina para que acabase sus estudios de Teología, siendo designado muy pronto como cardenal y arzobispo de Toledo, aunque no podría tomar posesión al morir en un accidente de caballo (1521). En este tiempo coincide con Erasmo, que residía en la ciudad de Lovaina (1517-1521), considerado como el maestro de Europa, el paladín del Humanismo; valoraba la paz y la concordia, y abominaba las desavenencias en todas sus formas. Valenciano y holandés eran además muy distintos. Vives era sincero, pacífico y sin pretensiones, mientras Erasmo era susceptible y muy preocupado por la opinión que los demás tuviesen de él. Vives, sin embargo, lo considero su maestro. La muerte de su discípulo Guillermo de Croy le obligó a retirarse a Brujas, acogiéndose a la hospitalidad de su amigo Pedro de Aguirre, quien le deja una casa donde trabajó en los Comentarios a los libros de la Ciudad de Dios de San Agustín por encargo de Erasmo ese mismo año (1521). Más tarde contrae matrimonio con la hija de sus amigos Bernardo y Clara Cervén, Margarita Valdaura, y hermana de su alumno Nicolás, que le obliga a fijar su residencia en esta ciudad.

Por ese mismo tiempo fue requerido desde España por la Universidad de Alcalá, ofreciéndole la cátedra que había dejado vacante Antonio de Nebrija tras su muerte. El duque de Alba se interesó para que educase a sus hijos; y, por último, también fue solicitado desde Inglaterra en 1523, donde se encontraba a fines de ese año.

En Inglaterra, el rey Enrique VIII y su consejero, el obispo Wolsey, habían creado un círculo humanista, que prendió en los colegios de sus más populosas universidades. Y para que enseñaran en ellas fueron llamados tanto Erasmo, que estuvo en Oxford y en Cambridge; como Juan Luis Vives, quien además fue preceptor en la Casa Real. Éste llegó a Inglaterra en 1523, atraído por Tomás Moro y permaneciendo hasta 1528, salvo breves periodos de tiempo que regresaba a Brujas para visitar a su familia. La Universidad de Oxford le ofreció la cátedra de latín y griego a instancias de Tomás Moro, que aceptó. Los reyes ingleses, Enrique VIII...

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