Introducción

AuthorDiana C. Pérez-Bustamante Yábar
Pages9-25

Page 9

La Unión Europea se ha constituido en objeto de análisis científico experimental desde todas las perspectivas que se enmarcan en las Ciencias Políticas, Económicas y Sociales y, sobre todo, en aquellas que se relacionan con el mundo económico, ya que la filosofía inicial de la Unión Europea era la creación de un Mercado Común, y el desarrollo de esta idea convencional ha ido traspasando la mayor parte de los campos de la actividad humana, creando escenarios europeos no solo para la Economía, la Política y la Sociedad, sino también para la Cultura. En este sentido cabe hablar del "Espacio Cultural Europeo" y de creación de una "Política Cultural Europea" sobre la base de los Tratados de la Unión.

Enunciada la pretensión de realizar una investigación sobre la Política Cultural de la Unión Europea hagamos inicialmente una referencia a ambos campos de observación para fijar después el contenido del proyecto.

El término "Cultura" ha dado lugar a numerosas acepciones en todos los ámbitos que varían enormemente, tanto en su extensión como en su contenido, en función de la perspectiva teórica adoptada. Se entiende por Cultura todo lo que existe en el mundo que ha sido producido por la mente y por la mano humana. Todo lo que produce el hombre son productos culturales porque surgen de la creación humana, revolucionan su conducta y expresan los cambios de su manera de pensar.

La voz Cultura proviene del verbo latino -colo-, que en su futuro es -cultum-, de la que se adopta el término por el que se entiende la acción de cuidar o cultivar el campo y progresivamente a través de la metáfora pasa a convertirse en cultivar o cuidar el espíritu, desplazando el sentido inicial por el que se ha impuesto en nuestros días, en que cultura es el sinónimo del cultivo del espíritu.

De este modo, la Cultura constituye el conjunto de formas de vida y expresiones de una sociedad determinada, los valores, normas, actitudes,

Page 10

creencias, idiomas, costumbres, ritos, hábitos, manifestaciones artísticas, obras de arte pero también herramientas, vestimentas y viviendas.

Según la Declaración de la UNESCO de 1982 "...la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden".

Edgar Morin señala que la noción de Cultura puede parecer demasiado grande si se la interpreta en el más amplio sentido etnográfico e histórico y demasiado noble si se la interpreta en el más puro sentido del humanismo cultural.

Estas aproximaciones al término Cultura resultan difícilmente accesibles en la práctica, por ello se suele justificar un uso más restringido del término, limitando su estudio a "la educación, la ciencia y el arte"1o a

"las medidas y acciones que los Estados Miembros suelen tomar para alcanzar sus objetivos de política cultural" incluyendo fundamentalmente materias como "cine y productos audiovisuales, artes visuales, literatura, baile y ballet, música, arquitectura y drama2.

La Comisión Europea en su "Primer informe sobre la consideración de los aspectos culturales en la acción de la Comunidad Europea"3realizado en 1996 tras citar la definición de la UNESCO realizada en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales en la llamada, Declaración de México, se señala que "el termino Cultura es un concepto de límites vagos y variables de una escuela de pensamiento a otra, de una sociedad a otra y de una época a otra", y se considera que no le correspondía definir el contenido del

Page 11

concepto cultura, expresando su voluntad de partir de un enfoque más pragmático.

Desde el punto de vista antropológico se considera el mestizaje cultural y la difusión de los contrastes, que si bien no deja de existir, cada día es más sutil y no nos permite encontrar sociedades homogéneas sino grupos humanos diferenciados tal como observan por los antropólogos del S. XIX y primera mitad del S. XX cuando recorrían el mundo en busca de diversidad.

Se ha señalado en muchas ocasiones que hasta nuestra época contemporánea la Cultura parecía ante todo el lujoso monopolio de unas élites que asistían a los actos culturales, que presenciaban los conciertos de cámara, accedían y disfrutaban de lectura de ejemplares únicos, disponían en sus palacios y lujosas viviendas de cuadros y esculturas realizadas en muchos casos como obras y ejemplares únicos y, en todo caso, series limitadas.

Pero nuestro mundo contemporáneo fue transformando aquella imagen de la Cultura de las elites en una realidad muy diferente en la que la cultura tiene ante todo un compromiso con la generalidad de la sociedad y llega hoy a la mayor parte de la población. Los medios artesanales conviven con la producción industrial de la cultura y las facilidades ofrecidas al consumidor cultural son infinitas, como podemos observar en la retransmisión a millones de ciudadanos a través de la televisión y la radio de un concierto de cámara o la reproducción de millares de imágenes que cuelgan en las pinacotecas de todo el mundo para colgarlas o utilizarlas con fines publicitarios.

La revolución tecnológica ha provocado que la cultura haya sido aun más accesible en el siglo XX y que se haya desarrollado, gracias a la industrialización de los bienes culturales, la posibilidad de producir en serie y por procedimientos industriales.

La Cultura se incorpora a soportes físicos susceptibles de producirse en serie, o se transmite por sofisticados procedimientos tecnológicos, y de esta manera los bienes culturales se hacen visibles en amplias capas de población.

Page 12

De igual modo, y en consecuencia la Cultura se ha convertido en una rama propia de la Economía generalizándose el término de la "dimensión económica de la Cultura", surgiendo una Ciencia económica específica bajo el nombre de Economía de las Artes o Economía de la Cultura de la que con posterioridad a los fundamentos clásicos, seguidos de las reflexiones sobre la Cultura de Adam Smith o David Ricardo, se unen las voces contemporáneas de grandes economistas como Alfred Marshall y John Maynard Keynes y se desarrollan a favor de los cultivadores de esta nueva ciencia.

Con posterioridad a la II Guerra Mundial que había constituido también una inmensa tragedia para la Cultura y las Artes y en particular para el Patrimonio Cultural, Arqueológico y Monumental, las Organizaciones Internacionales que se fueron creando, ONU, UNESCO, Consejo de Europa, OCDE , tomaron conciencia de la importancia de la Cultura como actividad humana y como actividad económica, pero sobre todo se percataron de la importancia y necesidad de la protección del Patrimonio artístico y monumental.

Los grandes economistas de la década de los sesenta, inciden en este fenómeno tal y como habían sugerido John K. Galbraith y sería entonces cuando se da carta de nacimiento a la Economía de la Cultura con la obra ya clásica de William J. Baumol y William G. Bowen Performing Arts The Economic Dilemma, publicada en 1966.

Surgen así una serie de aportaciones de grandes personalidades de la Economía que realizan un enfoque económico al consumo de los bienes artísticos, que estudian la economía del espectáculo, que analizan el factor capital y el factor trabajo de las empresas culturales, y que consideran su incorporación al proceso tecnológico y es por ello por lo que el gran experto en Economía de la Educación y Economía del Arte, Mark Blaug, afirmaría en 1976 que las Economías del Arte constituyen una suerte en el terreno de la experimentación de las artes visuales y de la pertenencia de los conceptos económicos fundamentales4.

Page 13

Tras el establecimiento de una Política Cultural tal y como se produce con el Tratado de Maastricht de 1992, la Unión Europea ha pretendido ponerlo en marcha, articulando una serie de programas o actuaciones en el ámbito de la cultura, fundamentalmente dirigido a cuatro escenarios o campos de intervención: el Patrimonio Cultural, las Artes Escénicas, las Artes Visuales, la Literatura, promoción de libros, traducciones, etc.

Fundamentalmente han correspondido al ámbito de la cultura en primer lugar el "Patrimonio Cultural" que es el conjunto de todos los bienes materiales -tangibles o inmateriales -intangibles , que, por su valor propio, deben ser considerados de interés relevante para la permanencia de la identidad y la cultura de un pueblo.

Constituyen el Patrimonio Cultural bienes inmuebles como fortalezas, castillos, templos, casas, plazas, conjuntos urbanos, obras rurales y otros lugares con valor para la historia, la arqueología, la paleontología y la ciencia en general. Los bienes muebles incluyen pinturas, esculturas o artesanías.

Como bienes intangibles se consideran la literatura, la música, el folclore, el idioma, las costumbres y especialmente los saberes propios, como el conocimiento de la biodiversidad, la concepción del territorio o la medicina...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT