El referéndum español I. El contexto político

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5.1. El cambio de Gobierno propicia el desbloqueo de las negociaciones sobre la Constitución Europea

Dos días después de ganar las elecciones generales el 14 de marzo de 2004, el jefe del nuevo Ejecutivo del partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, anunció en Bruselas que España buscaría el acuerdo sobre la Constitución Europea14 activamente y que aceptaría el nuevo sistema de voto basado en la "doble mayoría". Un día antes, en Madrid, expresó su voluntad de imprimir un giro europeísta a la política exterior española y acelerar al máximo la aprobación de la primera Constitución de la Unión Europea.

"España ha dejado de bloquear la Constitución Europea" y "ya no es el freno"15 para que puedan reanudarse inmediatamente las negociaciones estancadas desde la cumbre de diciembre, subrayó el presidente del partido Socialista Europeo (PSE), Enrique barón, quien también animó a otros Gobiernos a levantar sus reservas sobre el texto.

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Y es que la aprobación del tratado16 europeo era una prioridad política y programática para los socialistas que pretendían lograr antes del 1 de mayo de 2004, fecha en la que se incorporarían a la UE los diez nuevos socios comunitarios, o en todo caso, a lo largo de ese año. Con este objetivo insistían en que todos los socialistas en el PSE estaban a favor del nuevo sistema de voto previsto en el borrador constitucional, consistente en la "doble mayoría"17 -50% de los estados que representen al menos el 60% de la población-, que el Gobierno anterior, presidido por el líder del pp José María Aznar, siempre había rechazado por considerar más favorable la ponderación acor-Page 65dada en Niza (2000) que daba a España y Polonia sólo dos votos menos -27- que a los cuatro socios más grandes (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia).

Fue a mediados de ese mismo mes de mayo cuando la presidencia irlandesa de la UE durante aquel semestre había introducido entre los 25 miembros un debate sobre la posibilidad de que el nuevo reparto de poder previsto en el proyecto de Constitución europea no entrara en vigor hasta 2014, lo que beneficiaría a España que ostentaría durante cinco años más los votos acordados en Niza. Argumentaba que, con el tratado de Niza, España tenía 27 votos sobre un total de 345 (en una UE a 27 países en 2007) y que la minoría de bloqueo se formaba con 91 votos. Sin embargo, añadía, con el proyecto constitucional, la minoría de bloqueo la podían formar países que sumaran al menos el 40% de la población, y España sólo representaba el 8,5%. Ante esta situación, el presidente del Gobierno prometía mantener una posición flexible en la negociación sobre el reparto de poder anticipándose a la oposición del eje franco-alemán que no iba a aceptar la propuesta española según la cual las decisiones en la UE se adoptarían por una mayoría de Estados que representaran, al menos, dos tercios de la población de la Unión.

Pero el relevo de socialistas a populares al frente del Gobierno español también supuso la modificación de las alianzas internas de la UE al alejarse de los países afines a Estados Unidos para acercarse a Francia y Alemania, una actitud que, además de propiciar el consenso en torno al texto, adelantó uno de los objetivos del gabinete de Zapatero: que España fuera el primer país que ratificara en referéndum la Constitución Europea. Nada hacía prever en la UE que esto pudiera llegar a ocurrir, dado que la perseverancia de Aznar por mantener el peso que España había llegado a tener en Niza daba a entender todo lo contrario. Sin embargo y tras la inesperada victoria de los socialistas, Aznar asistió como presidente del Gobierno en funciones al Consejo Europeo celebrado en el mes de marzoPage 66 con las indicaciones de Zapatero y su equipo para poner fin a las tensiones con el eje franco-alemán.

No fueron suficientes las críticas de los populares al Ejecutivo por rebajar el peso de España en la Unión, para que éste propiciara en la cumbre de junio un rápido consenso sobre el tratado europeo y acercara posiciones con Francia y Alemania, pese a las discrepancias que mantenía con ambas sobre el futuro reparto de los fondos comunitarios entre el 2007 y el 2013 y a las que tuvieron que hacer frente en el Consejo Europeo de diciembre. Finalmente, el párrafo 32 del proyecto de conclusiones del Consejo establecía el deber de "proporcionar los medios necesarios para hacer frente de manera eficaz a los retos futuros mediante políticas acordadas conforme al tratado, aportando un valor añadido y de conformidad con los principios de subsidiariedad, proporcionalidad y solidaridad", reforzando de esta manera la tesis española de que la UE ampliada necesitaba medios más ambiciosos para cumplir las tareas que debía afrontar en los próximos años.

5.2. España es el primer país de la Unión Europea que ratifica en referéndum la Constitución pese a las divergencias políticas

El referéndum sobre la Constitución Europea que se celebró en España el 20 de febrero de 2005 fue el primero de los anunciados en la UE para ratificar el texto y logró el 76,72 por ciento de los votos a favor de los españoles, pese a que la abstención fue la mayor que se registró en una cita electoral en la democracia española.

Tanto la pregunta como la fecha de la consulta fueron pactadas por los grupos parlamentarios con el Gobierno, que además pidió un informe al Consejo de Estado acerca de si era necesario reformar la Constitución Española para adaptarla alPage 67 texto europeo. Tras considerar necesario trasladar la consulta al tribunal Constitucional, éste resolvió antes de la celebración de la consulta que no existía ninguna razón para modificar la Carta Magna española.

La convocatoria del referéndum de ratificación de la Constitución Europea fue autorizada de forma unánime en el Congreso de los Diputados el pasado 11 de enero en un pleno extraordinario, una conclusión que hizo oficial el Consejo de Ministros tres días después. A partir de entonces, el Gobierno inició su campaña a favor del 'sí', una opción que también defendieron el PSOE, el partido popular (pp), Convergencia I Unió (CIU), el partido Nacionalista Vasco (pNV) y Coalición Canaria (CC), frente a izquierda Unida (IU), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el grupo mixto en el Congreso, integrado por el bloque Nacionalista Galego (bNG), Eusko alkartasuna (Ea), Nafarroa-Bai (Na-Bai) y Chunta aragonesista (Cha), que expusieron su rechazo al texto antes y durante la campaña electoral.

Además, la precampaña de la Constitución europea compartió escenario político con el plan Ibarretxe, iniciativa que sirvió tanto a pp como a PSOE para defender el 'sí' en la consulta con el argumento de que la propuesta del lehendakari del país Vasco, Juan José Ibarretxe, no encajaba en el texto europeo, mediante el que se impediría que prosperaran los fines independentistas pretendidos en su plan.

El jefe del Ejecutivo defendió el tratado de la UE explicando que España se beneficiaría en iguales términos de una Europa más unida y más fuerte; socialistas y populares opinaban que se trataba de un texto común para todos los pueblos de la Unión que garantizaba que no se produciría en el futuro un retroceso en los derechos sociales de los ciudadanos europeos, criterio que avaló el eurodiputado socialista y miembro de la Comisión de asuntos Constitucionales del parlamento Europeo y de la Convención Europea Carlos Carnero, para quien el texto "significa un paso adelante que permitirá a la Unión afrontar losPage 68 principales retos del futuro: el gobierno de la globalización, la construcción de un orden internacional justo y democrático y la adecuada respuesta a las aspiraciones ciudadanas"18, así como Manuel Núñez Encabo, catedrático ad personam Jean Monet, nombrado por la Comisión Europea, al subrayar que la Constitución es una "herramienta imprescindible para potenciar y vertebrar la presencia europea en el mundo"19 que puede "ejercer un equilibrio alternativo-complementario en la democratización mundial" a través de la defensa de la legalidad, solidaridad e interculturalidad internacional. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, apoyó la Constitución Europea no sólo porque el plan del lehendadakari era compatible con ella, dijo, sino, además, porque salvaguardaba mejor que los Estados de forma individual el espacio social, de equilibrio y cohesión. También CIU decidió respaldar el texto porque, según su presidente Artur Mas, en los últimos seis meses Cataluña había podido avanzar en su reconocimiento lingüístico e institucional en la UE; y lo mismo hizo CC, formación para la que la Constitución Europea recogía el mayor y mejor reconocimiento de las islas en el ámbito internacional en toda su historia.

Por el 'no' abogó el grupo mixto, al que pertenece Cha que consideraba que el tratado de la UE hacía migajas las competencias de las Comunidades autónomas, pese a que el diputado de esta formación en el Congreso, José antonio labordeta, apostó por el 'sí' el 11 de enero...

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