Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Calidad de la vida profesional, productividad y empleo en el contexto de la globalización y los cambios demográficos

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Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Calidad de la vida profesional, productividad y empleo en el contexto de la globalización y los cambios demográficos»

(2006/C 318/27)

El 17 de noviembre de 2005, de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la Presidencia finlandesa decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la «Calidad de la vida profesional, productividad y empleo en el contexto de la globalización y los cambios demográficos».

La Sección Especializada de Empleo, Asuntos Sociales y Ciudadanía, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 13 de julio de 2006 (ponente: Sra. ENGELEN-KEFER).

En su 429o Pleno de los días 13 y 14 de septiembre de 2006 (sesión del 13 de septiembre de 2006), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 116 votos a favor, 3 votos en contra y 8 abstenciones el presente Dictamen.

  1. Conclusiones y recomendaciones

    1.1 La Agenda de Lisboa es la respuesta europea a los retos de la globalización. Gracias a una interacción productiva de las políticas económica, de empleo, social y medioambiental se pretende mejorar la competitividad europea al nivel internacional. Para la economía europea, por tanto, es esencial aprovechar las oportunidades de la globalización, creando nuevos puestos de trabajo en sectores económicos con buenas perspectivas de futuro y aumentando el crecimiento mediante las innovaciones. Por consiguiente, Europa debería centrarse en sus puntos fuertes, como son la alta calidad de sus productos y prestaciones de servicios, la buena formación de sus trabajadores y su modelo social, y competir con sus competidores globales en una carrera por la calidad, y no por conseguir los salarios y los estándares sociales más bajos, carrera de la que Europa sólo puede salir perdiendo. Una competición en materia de calidad requiere un enfoque político global basado en la innovación, con inclusión también del nivel microeconómico, es decir, las estructuras de la empresa y la calidad de la vida profesional.

    1.2 Uno de los objetivos de la Agenda de Lisboa es crear no sólo nuevos, sino también mejores puestos de trabajo. Sin embargo, este aspecto cualitativo se ha pasado por alto en los debates sobre la aplicación de los objetivos de Lisboa. Además del aumento de las inversiones en I+D, así como de las inversiones en general y de las inversiones en educación y formación permanente, la mejora de la calidad de la vida profesional -con vistas a las exigencias de la sociedad del conocimiento y la información- es una de las claves para aumentar la productividad y la capacidad de innovación de las empresas. Así lo ponen de manifiesto estudios científicos sobre la relación entre calidad de trabajo y productividad y el significado que tiene el término de «buen trabajo», desde el punto de vista de los trabajadores en cuestión, para la motivación en el trabajo y la disposición al rendimiento.

    1.3 La noción de la calidad del trabajo recoge diversos aspectos, como la prevención y reducción de riesgos para la salud, la organización del trabajo en el puesto de trabajo, la seguridad social, incluidos unos ingresos adecuados, la posibilidad de continuar con la formación de competencias y cualificaciones, así como una mejor conciliación de vida familiar y vida profesional. Según los estudios que la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, con sede en Dublín, presentó al CESE, las mejoras en todas estas dimensiones tienen efectos positivos en la productividad laboral. Por ello, el fomento de la mejora de las condiciones de salud, llevada

    a cabo de una manera voluntaria por parte de la empresa, es de especial importancia. Unos puestos de trabajo seguros, condiciones de trabajo saludables y formas de organización del trabajo que permitan a los trabajadores más márgenes de acción en su trabajo, son factores importantes para aumentar la productividad y, por tanto, la capacidad de innovación, en la que también influyen las condiciones sociales. Por ello, el CESE considera que se deberían tener en cuenta las estructuras de las empresas y la cultura empresarial. La Estrategia de Lisboa, por lo tanto, requiere también una aplicación al nivel empresarial combinando objetivos económicos y sociales. El diálogo social desempeñará un papel fundamental en este proceso.

    1.4 Para mejorar la calidad del trabajo se necesita un concepto global que tenga en cuenta la transformación del mundo laboral y se adapte a las necesidades especiales de las personas de más edad. En línea con el concepto de «bienestar en el lugar de trabajo», descrito por la Comisión en la Estrategia comunitaria de salud y seguridad en el trabajo, lo importante es la prevención de los riesgos de salud y la disminución incesante de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En particular, se debe prestar especial atención a las condiciones laborales precarias con una protección social insuficiente. Es importante también, no obstante, fomentar la satisfacción en el trabajo y la disposición al rendimiento con nuevas formas de organización del trabajo. Las formas de trabajo cooperativas con jerarquías horizontales y más autonomía laboral, así como el trabajo en grupo y en equipo, posibilitan un amplio uso de los conocimientos y capacidades de las personas y tienen en cuenta las mayores exigencias de flexibilidad en la economía. Unas buenas condiciones de trabajo y formas de organización del trabajo que permitan a los trabajadores más márgenes de acción y posibilidades de participación son al mismo tiempo una condición esencial para la mejora de la productividad laboral y el fomento de la capacidad de innovación de la empresa. Por ello, el CESE apoya el concepto de «flexiguridad», es decir, una relación equilibrada de flexibilidad y seguridad social, tal y como fue aprobado por el Consejo de Trabajo y Asuntos Sociales de los días 1 y 2 de junio de 2006.

    1.5 El CESE propone la realización de nuevos estudios sobre la relación entre calidad del trabajo y productividad. La Fundación de Dublín sería la institución apropiada para ello. Además, el CESE propone crear un índice europeo para la calidad del trabajo, compuesto por distintos criterios de «buen trabajo» sobre la base de estudios pertinentes, recopilado y publicado periódicamente. Tal índice podría contribuir a dejar patentes

    los cambios y los avances y al mismo tiempo serviría de base de nuevas iniciativas para mejorar la calidad de la vida profesional. Convendría incluir a los interlocutores sociales en la evaluación, y estos deberían tener la posibilidad de dar regularmente su parecer.

  2. Argumentos y observaciones

    2.1 Contexto del dictamen

    2.1.1 Anticipándose a la Presidencia finlandesa del Consejo en la segunda mitad de 2006, el Gobierno de Finlandia ha pedido al CESE que elabore un dictamen exploratorio sobre la relación entre calidad de la vida profesional, productividad y empleo, ya que este asunto será uno de los puntos principales del debate político.

    2.1.2 En el dictamen exploratorio, por lo tanto, se estudiará hasta qué punto la calidad del trabajo es un factor que hace aumentar la productividad y el crecimiento económico, y en qué medida la mejora de la calidad del trabajo puede contribuir al desarrollo de la sociedad de la información y el conocimiento y, por consiguiente, a alcanzar los objetivos de Lisboa. La globalización y la evolución demográfica se incluyen como condiciones de carácter general.

    2.2 Introducción

    2.2.1 La globalización entraña riesgos, pero también aporta nuevas oportunidades. Los riesgos consisten en que la economía europea, debido a la dura competencia internacional y a la reestructuración de la división del trabajo al nivel internacional, perderá puestos de trabajo por las reestructuraciones de empresas y las deslocalizaciones si no es capaz de crear nuevos ámbitos de empleo. Al mismo tiempo crece la presión sobre los estándares sociales europeos y el modelo social europeo en general, puesto que en una zona monetaria única los costes salariales y sociales son un factor de competencia determinante. Sin embargo, un estudio de Eurostat (marzo 2006) muestra que en 2005 los costes laborales en la UE-25 aumentaron más lentamente que en los Estados Unidos. La Estrategia de Lisboa es la respuesta europea a los retos de la globalización...

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