Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Un marco estratégico en materia de clima y energía para el período 2020-2030 — [COM(2014) 15 final]

Sectiondictamen
Issuing OrganizationParlamento Europeo

26.11.2014 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 424/39

Ponente: Ulla Sirkeinen

El 8 de mayo de 2013, de conformidad con el artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la

Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Un marco estratégico en materia de clima y energía para el periodo 2020-2030

COM(2014) 15 final.

La Sección Especializada de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 22 de mayo de 2014.

En su 499o pleno de los días 4 y 5 de junio de 2014 (sesión del 4 de junio), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 198 votos a favor, 23 en contra y 13 abstenciones el presente dictamen.

1.1 El CESE concluye que: — la Comunicación de la Comisión tiene por objeto hacer que las políticas en materia de clima y energía sean más previsibles,

— la Comunicación tiene debidamente en cuenta los importantes cambios y experiencias desde la adopción de las políticas de la UE para 2020, y

— las observaciones que el IPCC ha llevado a cabo recientemente hacen que la preparación de las políticas en materia de clima y energía de la UE posteriores a 2020 sea aún más oportuna.

1.2 El CESE respalda: — la propuesta de establecer el objetivo de reducir en un 40 % las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2030, ya que ello es conforme con el objetivo de reducción de entre un 80 % y un 95 % para 2050, aunque sea un objetivo ambicioso;

— la propuesta de un objetivo común, como mínimo, del 27 % de la cuota correspondiente a las fuentes de energía renovables, pero, a diferencia de la propuesta de la Comisión, sí considera necesario fijar objetivos específicos nacionales;

— la intención de la Comisión de presentar nuevas propuestas sobre eficiencia energética tras evaluar las medidas actuales a finales de este año; y

— la propuesta de un nuevo método iterativo de gobernanza.

1.3 El CESE recomienda: — utilizar las medidas más eficaces desde el punto de vista de los costes para la aplicación, a fin de disminuir las consecuencias perjudiciales y proteger a los consumidores de energía más vulnerables;

— tomar en consideración los objetivos sectoriales para la eficiencia energética, por ejemplo en el sector de la construcción, con el fin de aprovechar su gran potencial del modo más prometedor para la consecución de los objetivos de política energética de manera eficaz desde el punto de vista de los costes;

— desarrollar métodos para elaborar — y también aplicar — los planes nacionales propuestos mediante una verdadera participación de la sociedad civil y convertir en obligatorias las consultas a los países vecinos antes de adoptar decisiones a escala nacional que tengan consecuencias de gran alcance;

— dar un paso decisivo hacia una verdadera Comunidad Europea de la Energía, mediante la coordinación de los planes nacionales, en particular para garantizar el abastecimiento energético de la UE;

— adoptar medidas decisivas a fin de disminuir la elevada dependencia de la UE de energía procedente de fuentes poco fiables, entre otras cosas, mediante la fijación de objetivos nacionales vinculantes de desarrollo de energías renovables;

— reforzar la ayuda a los países asociados incluidos en la política europea de vecindad para el desarrollo de una economía con bajas emisiones de carbono;

— facilitar más información sobre los planes con el fin de intensificar las actuaciones en el sector no sujeto al régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE), en particular en los sectores del transporte, de la agricultura y del uso del suelo;

— ofrecer más información sobre los logros en la creación de empleos ecológicos;

— garantizar medidas suficientes para evitar fugas de carbono en industrias de alto consumo energético;

— actuar de manera drástica en materia de innovación e investigación como motores de soluciones reales a los desafíos, junto con medidas encaminadas a promover la producción de equipos para una economía con bajas emisiones de carbono, y garantizar que los resultados de la industria cuentan con el apoyo de una mejor formación, y

— convertir el desarrollo internacional de las políticas climáticas en la prioridad número uno y, al mismo tiempo, prestar más atención a la adaptación al cambio climático. Esto también incluye representar, tanto en el marco de las negociaciones de la OMC como del ATCI, los intereses legítimos de aquellas ramas de la industria europea que se ven sometidas a la presión de la competencia internacional debido a una política energética y climática de Europa más estricta.

2.1 Muchas cosas han cambiado desde que el Consejo Europeo de marzo de 2008 decidiera los objetivos «20-20-20» de la política en materia de clima y energía para el año 2020. En primer lugar, se ha producido la peor crisis económica desde la guerra, cuya recuperación Europa acaba de empezar y aún es débil. En segundo lugar, otros actores importantes no han seguido a la UE en la fijación de objetivos y medidas para mitigar el cambio climático. En tercer lugar, la revolución del gas de esquisto en los Estados Unidos ha cambiado el escenario energético, al menos para las industrias en las que tiene repercusiones el sector del gas en los Estados Unidos, y con ello sus relaciones de competitividad. En cuarto lugar, los precios minoristas de la energía han aumentado rápidamente en los últimos años en grandes zonas de la UE, poniendo en peligro la competitividad industrial y a los consumidores vulnerables. En quinto lugar, los recientes acontecimientos políticos en Ucrania también han puesto de manifiesto la importancia de reducir la dependencia de la UE de fuentes energéticas fósiles rusas. En sexto lugar, también ha tenido lugar un desarrollo revolucionario de las tecnologías en el sector de las energías renovables, lo que permite producir energía con bajas emisiones de carbono de manera cada vez más rentable. Habida cuenta de ello, el CESE recomienda a la Comisión que dé una mayor difusión al análisis que ella misma hace en el sentido de que los costes de una transición hipocarbónica no difieren sustancialmente de los gastos en que se hubiera incurrido en cualquier caso debido a la necesidad de renovar un sistema energético envejecido, unos precios de los combustibles fósiles en aumento y la asunción de las políticas energéticas y climáticas existentes. No obstante, se espera que los costes del sistema energético aumenten de aquí a 2030 hasta un nivel que ronde el 14 % del PIB, frente a alrededor del 12,8 % en 2010. Se producirá, sin embargo, un trasvase significativo desde el gasto en combustibles hacia el realizado en equipos innovadores con alto valor añadido, que fomentará las...

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