Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «La sociedad civil en Rusia» (Dictamen de iniciativa)

SectionDictamen de propia iniciativa

14.7.2015    ES Diario Oficial de la Unión Europea C 230/52

Ponente: Mall HELLAM

En su pleno de 22 de enero de 2014, el Comité Económico y Social Europeo, de conformidad con el artículo 29, apartado 2, de su Reglamento interno, decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre

La sociedad civil en Rusia

(Dictamen de iniciativa).

La Sección Especializada de Relaciones Exteriores, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 17 de noviembre de 2014.

En su 503o pleno de los días 10 y 11 de diciembre de 2014 (sesión del 10 de diciembre), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 118 votos a favor, 6 en contra y 5 abstenciones el presente Dictamen.

1.1. Generar la confianza mutua y asegurar la libre interacción entre la sociedad civil de Rusia y de la UE, y prestar el máximo apoyo posible a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) independientes nunca ha sido tan importante.

1.2. Habría que promover más activamente el Marco sobre derechos humanos y democracia, así como potenciar el papel político del Representante Especial de la UE para los Derechos Humanos. Las cuestiones de los derechos humanos y de la sociedad civil deberían ser parte de todo diálogo bilateral y multilateral con Rusia. Habría que mantener un diálogo en materia de derechos humanos, al tiempo que partes interesadas de la sociedad civil con conocimientos pertinentes deberían participar en los mismos siempre que sea posible. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad debería reunirse con la sociedad civil y las OSC cada vez que visite Rusia.

1.3. La UE debería coordinar y hablar con una sola voz, abordando la cuestión de los desafíos políticos y la represión a que se ven sometidos los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales (ONG) en Rusia. El CESE anima a la UE a supervisar con atención y comentar regularmente los diversos aspectos de la situación de la sociedad civil en Rusia.

1.4. Sin embargo, no habría que subestimar un planteamiento bilateral como forma de avanzar en las conversaciones con Rusia. La UE debería mantener una posición clara respecto a las sanciones y la responsabilidad por la represión de la sociedad civil. Pero hará falta una gran flexibilidad para salir del difícil momento que atraviesan actualmente las relaciones entre la UE y Rusia. Un planteamiento bilateral podría ser una buena forma de relanzar las relaciones.

1.5. Percibir la posibilidad de incluir la cooperación de la sociedad civil de la UE y Rusia en el futuro Acuerdo de Asociación y Cooperación (AAC) (1), asignando una línea de financiación específica a la plataforma independiente de diálogo de la sociedad civil de la UE y Rusia también podría ser una valiosa inversión estratégica. A pesar de las circunstancias políticas excepcionales actuales, la UE debería seguir haciendo esfuerzos basados en los denominados «poder blando» y «poder inteligente» (2) para normalizar la situación e impedir la deriva (auto) aislacionista de Rusia. A este respecto, se podrían consultar los anteriores dictámenes del CESE sobre la política de dimensión septentrional (3) (incluida la política para la región ártica) (4), la Estrategia para la región del mar Báltico (5), la Sinergia del mar Negro (6), la Asociación Oriental (7) y la Estrategia para la región del Danubio.

1.6. La UE debería llevar la cuenta exacta de los procesos democráticos y desafíos que afrontan los participantes en el diálogo. La situación de rápido deterioro de los derechos y libertades —como ha sucedido en los dos últimos años en Rusia— debe ser reconocida y remediada sin demora. Las instituciones de la UE y los Estados miembros —especialmente los que todavía no han intervenido— deberían invertir en programas de intercambio y programas para la cooperación con la sociedad civil de Rusia y prestarles apoyo, y respaldar a las ONG rusas de orientación democrática y temáticas como las defensoras de los derechos humanos, las ecologistas, las asociaciones de consumidores y diversos interlocutores sociales, así como a otras organizaciones independientes en defensa de intereses profesionales, etc. Habría que tomar medidas apropiadas para facilitar y liberalizar la expedición de visados sobre la base de una serie de condiciones.

1.7. La diversidad es la clave de una sociedad civil europea sana: la UE debería comprometerse con un amplio abanico de partes interesadas de la sociedad civil, tanto a nivel regional como en ámbitos específicos, a pesar —y especialmente por ello— de un contexto de creciente monopolización y aislamiento de Rusia, que está retrocediendo hacia modos de conducta autoritarios. El CESE aboga por un mayor número de contactos directos entre personas y, en particular, por más intercambios a gran escala en el ámbito de la educación y del diálogo intercultural como un instrumento para mejorar la confianza y la comprensión mutua. Deberían desarrollarse nuevas plataformas y formatos de cooperación entre las organizaciones de la sociedad civil de la UE y Rusia. El Foro de la Sociedad Civil UE-Rusia (similar al Foro de la Sociedad Civil de la Asociación Oriental) podría considerarse como una de las plataformas de desarrollo aptas para este propósito. También habría que prestar atención a la participación de los interlocutores sociales en esta o una plataforma similar.

1.8. La UE debería revisar los procedimientos para la ayuda financiera a las ONG a través del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH). A la luz de la actual campaña de represión y persecución, una proporción relativamente elevada de cofinanciación supondría una enorme carga para muchas ONG rusas y sus socios. Por consiguiente, es importante aumentar las oportunidades de financiación y ofrecer a las ONG o coaliciones de ONG rusas una manera segura de acceder a ellas. Por ejemplo, se aconseja al IEDDH que aumente el presupuesto para la Federación de Rusia (se sugiere un aumento de tres a nueve millones EUR al año). A fin de facilitar la flexibilidad y accesibilidad de los mecanismos de apoyo, podría considerarse la posibilidad de recurrir a las reasignaciones de subvenciones.

1.9. Abrir el Instrumento Europeo de Vecindad (IEV) a los participantes rusos como parte de los programas transfronterizos y multilaterales con sus homólogos de la UE y los Estados de la Asociación Oriental podría brindar otra valiosa oportunidad. Asimismo, el CESE recomienda ampliar el Instrumento de Asociación (AI), que en la actualidad asigna diez millones EUR al año para la cooperación con Rusia, a fin de permitir las solicitudes de las instituciones de la sociedad civil. Por último, el mandato de la Dotación Europea para la Democracia puede hacerse extensivo a Rusia. Los programas pertinentes de cooperación regional y transfronteriza deberían aumentar su apoyo a la sociedad civil.

1.10. Las actuales políticas financieras de la UE no deberían versar exclusivamente sobre proyectos de ayuda. Una ayuda institucional y un refuerzo de las competencias profesionales son esenciales para la sostenibilidad de la sociedad civil en economías en transición, como la rusa. Reforzar la capacidad de las OSC, incluidos los interlocutores sociales...

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