Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Establecer un nuevo acuerdo para los consumidores de energía» [COM(2015) 339 final]

Sectiondictamen
Issuing OrganizationParlamento Europeo

3.3.2016 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 82/22

Ponente: Lutz RIBBE

El 14 de octubre de 2015, de conformidad con el artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la

Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Establecer un nuevo acuerdo para los consumidores de energía

[COM(2015) 339 final].

La Sección Especializada de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 7 de enero de 2016.

En su 513.o pleno de los días 20 y 21 de enero de 2016 (sesión del 20 de enero), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 209 votos a favor, 4 en contra y 6 abstenciones el presente dictamen.

1.1. El CESE acoge con satisfacción el análisis de la Comisión y respalda decididamente sus propuestas. Considera que ya es hora de centrar la política energética europea en los consumidores y de concebir para ellos posibilidades de plena participación activa.

1.2. Las «dificultades para que los consumidores accedan a la autogeneración y al autoconsumo» a que alude la Comunicación de la Comisión constituyen un problema que hay que resolver urgentemente, pero por desgracia el documento no describe suficientemente dónde y cómo se producen en concreto estas dificultades, ni qué se debe hacer exactamente para superarlas. Para ello la Comisión debería elaborar un documento separado.

1.3. El CESE cree que es acertado el planteamiento de la Comisión de reconocer, tener más en cuenta y promover las perspectivas locales, así como reforzar la participación de los operadores económicos locales.

1.4. La cuestión de cómo deben estructurarse los sistemas energéticos reviste importancia estratégica. Es necesario que haya competencia para diseñar el sistema integrado más eficaz. Esto va más allá de la producción y los intercambios comerciales tradicionales.

1.5. La respuesta a la demanda desempeñará un papel fundamental. Ello implica, con respecto a los consumidores, que en primer lugar deben cumplirse en particular los requisitos técnicos (contadores inteligentes o smart meters, redes inteligentes o smart grids), que deberían entenderse y financiarse como parte del desarrollo de la red.

1.6. Mediante sistemas de respuesta a la demanda, los consumidores han de tener más opciones que la mera adaptación de su consumo de energía y por tanto pueden ahorrar dinero. La Comisión tiene mucha razón al afirmar que «la combinación de las opciones de generación descentralizada y de almacenamiento con la flexibilidad de la demanda puede facilitar aún más a los consumidores convertirse en sus propios proveedores y gestores de sus necesidades energéticas (o de parte de estas), convirtiéndose en productores y consumidores y reduciendo sus facturas de energía» (1) (los llamados «prosumidores»).

1.7. Deben desarrollarse nuevos programas de incentivos que premien la configuración provechosa del autoconsumo, del abastecimiento directo y del almacenamiento de picos, así como la puesta a disposición de energía de ajuste, es decir, que recompensen la respuesta a la demanda activa para todos los operadores económicos.

1.8. Las ventajas descritas por la Comisión del nuevo «planteamiento del prosumidor» muestran que se trata de algo más que un complemento a las «fuentes de generación centralizada». La cuestión gira en torno a la libertad de elección autónoma de los consumidores —empresas, ciudadanos, servicios municipales, etc.— para asumir un papel activo en el futuro sistema energético mediante la producción activa y el autoconsumo, el almacenamiento e incluso la comercialización por cuenta propia.

1.9. En su Comunicación, la Comisión no define suficientemente la autoproducción y el autoconsumo de energía. Los ejemplos mencionados demuestran que su interpretación del «planteamiento del prosumidor» es demasiado reducida. En opinión del CESE, sin embargo, la autoproducción y el autoconsumo deben concebirse de forma mucho más amplia y no limitarse a la electricidad producida y consumida de forma autónoma por un sistema propio instalado tras el contador eléctrico.

1.10. Están apareciendo otras formas comunitarias de estructuras de prosumidores de amplia definición, pero son obstaculizadas por sistema. La aplicación de nuevos modelos empresariales revalorizaría al consumidor en su nuevo papel activo e impulsaría posibilidades de creación de valor totalmente nuevas, que deben tenerse en cuenta sin falta en un new deal para los consumidores de energía.

1.11. Las formas de autoproducción y autoabastecimiento de amplia definición que se sirven de las redes públicas —obviamente, a cambio del pago de una tarifa— permiten también a los arrendatarios, las pequeñas empresas o los miembros de cooperativas desempeñar un papel activo y responsable en el mercado de la energía y ganar o ahorrar dinero. Por tanto, una concepción demasiado estricta de la autoproducción y el autoconsumo de energía es injusta en términos de política social y discriminatoria en términos de política económica.

1.12. El sistema descentralizado de energía a que aspira la Comisión necesita también enfoques descentralizados (2). El consumidor no solo debe poder elegir libremente a los distribuidores, sino también a los productores de energía.

2.1. Con la estrategia marco para la Unión de la Energía se aspira a crear una Unión de la Energía «centrada en los ciudadanos, en la que estos asuman la transición energética, aprovechen las nuevas tecnologías para reducir sus facturas y participen activamente en el mercado, y en la que se proteja a los consumidores vulnerables» (3).

2.2. Si bien es cierto que el sector de la energía en Europa ya ha cambiado considerablemente en los últimos años, varios factores han impedido e impiden a los consumidores —es decir, los hogares privados, las empresas y la industria— beneficiarse plenamente de la actual transformación del sector energético, es decir, poder controlar su autoconsumo y reducir el importe de sus facturas. Entre los factores cabe mencionar: — la falta de transparencia en cuanto a los costes, el consumo y los productos ofrecidos,

— el porcentaje cada vez mayor de las tarifas de acceso a red, los impuestos y, en particular, los cánones en la factura final de la electricidad,

— la falta de competencia en numerosos mercados minoristas, falta de recompensa por la participación activa y dificultades para cambiar de proveedor,

— el desarrollo insuficiente de los mercados de servicios energéticos en viviendas y de respuesta a la demanda,

— obstaculización de la autogeneración de energía y del consumo propio,

— el acceso desigual a la información y elevadas barreras a la entrada de nuevos competidores, lo cual ralentiza la adopción de las tecnologías y prácticas más avanzadas, como contadores inteligentes, electrodomésticos inteligentes, fuentes de energía descentralizadas y mejoras de eficiencia energética.

2.3. Cabe suponer que la nueva configuración del mercado de la energía (4), el uso de nuevas tecnologías y las empresas de servicios energéticos nuevas e innovadoras permitirán la plena participación de todos los consumidores en la transformación del sector energético, con el fin de controlar mejor su consumo y buscar soluciones energéticamente eficientes que les permitan ahorrar dinero y reducir el consumo total de energía.

2.4. Al mismo tiempo, el papel del consumidor debe cambiar: no solo debe poder reaccionar mejor y con mayor flexibilidad a las ofertas y servicios energéticos y aprovechar sus ventajas, sino también asumir un papel activo como productor energético.

2.5. La Comisión se refiere a una «estrategia de tres pilares», que se compone de: a) la participación activa de los consumidores;

b) innovaciones técnicas en el ámbito de los «hogares y redes inteligentes»;

c) una atención especial a la gestión y protección de datos;

y que está previsto ejecutar en un plan de medidas de diez puntos.

3.1. El CESE acoge con gran satisfacción el análisis de la Comisión y respalda decididamente las propuestas realizadas. Considera que ya...

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