Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Estado de la Unión de la Energía 2015» [COM(2015) 572 final]

SectionDictamen confirmatorio
Issuing OrganizationParlamento Europeo

20.7.2016 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 264/117

Ponente: Sr. Stéphane BUFFETAUT

El 18 de enero de 2016, de conformidad con el artículo 194, apartado 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la

Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco de Inversiones Europeo: Estado de la Unión de la Energía 2015

[COM(2015) 572 final].

La Sección de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 5 de abril de 2016.

En su 516.o pleno de los días 27 y 28 de abril de 2016 (sesión del 28 de abril de 2016), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 137 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones el presente dictamen.

1.1. En febrero de 2015 se lanzó la Estrategia Marco para una Unión de la Energía, que empezará a tomar forma, por tanto, en 2016. Su origen estriba en las reflexiones emprendidas por varios círculos de reflexión o personalidades europeas en torno al concepto de Comunidad Europea de la Energía, un proyecto promovido, en particular, por el Instituto Jacques Delors y Jerzy Buzek. El Comité Económico y Social Europeo apoyó esta iniciativa desde el principio.

1.2. El concepto no obtuvo una acogida muy favorable por parte de numerosos Estados miembros por requerir una revisión de los Tratados, un procedimiento como poco arriesgado en estos tiempos de euroescepticismo. Con todo, la idea de una mejor coordinación de las políticas energéticas, las necesidades de una diplomacia energética eficaz, los imperativos de la lucha contra el cambio climático, la creciente dependencia energética de la Unión Europea, la necesidad de minimizar las presiones externas sobre el suministro, la consecución de la transición energética y el acompañamiento social de los sectores afectados abogaban a favor de una iniciativa de alcance europeo. Así nació la Unión de la Energía, liviana desde el punto de vista institucional, pero centrada en la eficacia mediante la consecución de convergencias concretas y el cumplimiento de compromisos a largo plazo.

1.3. Conviene recordar que el CESE apoyó desde sus albores la iniciativa a favor de una Unión Europea de la Energía o, como mínimo, una mejor coordinación de las políticas energéticas (1), de la diplomacia en el ámbito de la energía y de la transición energética, subrayando al mismo tiempo la necesidad de una plena participación de la sociedad civil, directamente afectada no solo como consumidora, sino también como agente de la transición energética, que no podrá tener éxito sin la participación, incluso la movilización, de la sociedad civil la cual se convertirá cada vez más en una productora de energía descentralizada.

1.4. Mediante esta Comunicación, la Comisión se propone hacer un balance de los nueve primeros meses de Unión de la Energía. Es evidente que semejante balance de situación no puede ser sino parcial y poco significativo, dada la importancia de los retos y la magnitud de los cambios que han de acometerse. Conviene pues tomar con precaución las primeras indicaciones, que constituyen un mero esbozo de una política que deberá proseguirse con perseverancia a largo plazo, en cooperación con los Estados miembros.

1.5. Es cierto que el contexto en el que se aplicará esta política es conocido: compromisos contraídos con ocasión de la COP21, gran inestabilidad geopolítica en materia de energía, objetivos europeos en materia de clima y energía, seguridad del suministro, eficiencia energética, descarbonación de las economías europeas, desarrollo de infraestructuras y culminación del mercado interior de la energía. Como se ve, los desafíos políticos son inmensos y no podrán superarse mediante una mera iniciativa legislativa y reglamentaria. Necesitamos una voluntad política firme y una visión fuerte, pero realista y compartida por los Estados miembros, que tengan en cuenta la situación económica y las oportunidades técnicas existentes, ya que los hechos se imponen frente a la voluntad política.

1.6. El CESE acoge favorablemente este primer informe sobre el estado de la Unión de la Energía para 2015, aunque lamenta algunas lagunas en el módulo de análisis de la ejecución de esta iniciativa. Si se corrigiesen, se reforzaría el enfoque que propone la Comisión y se facilitaría la adhesión de la sociedad civil a este proyecto, que implica una transición energética que puede suscitar preocupación.

1.7. El Comité considera que los puntos de evaluación significativos elegidos por la Comisión son pertinentes pero han de complementarse. En la versión actual del texto, son los siguientes: — la descarbonación de la economía,

— la eficiencia energética como factor moderador de la demanda de energía,

— la consecución de un mercado interior de la energía,

— la seguridad energética, la solidaridad y la confianza,

— la investigación, la innovación y la competitividad,

— la consecución de la Unión de la Energía.

El CESE considera que no se hace suficiente hincapié en la dimensión social de la Unión de la Energía y que este aspecto debería formar parte de los criterios de apreciación de la Unión de la Energía. En efecto, esta Unión debería, por una parte, tener un impacto favorable en la creación de nuevos empleos y en el fomento de la competitividad y la innovación, pero, por otra parte, podría afectar a determinados...

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