Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «No dejar a nadie atrás al aplicar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030» (Dictamen de iniciativa)

SectionSerie C
Issuing OrganizationComité Económico y Social

11.2.2020 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 47/30

Ponente: Peter SCHMIDT

Coponente: Lutz RIBBE

Decisión del Pleno 21.2.2019 Fundamento jurídico Artículo 32, apartado 2, del Reglamento interno Dictamen de iniciativa Secciones competentes Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente Empleo, Asuntos Sociales y Ciudadanía Aprobado en el pleno 31.10.2019 Pleno n.o 547 Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) 159/21/16

1.1. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas están preparando el camino para un futuro mejor y más sostenible para todos. Su elemento central es el compromiso de garantizar que «no se deje a nadie atrás, llegando primero a los más rezagados» en el cambio a una senda sostenible y resiliente, y que no se considere cumplido ningún objetivo hasta que se haya cumplido para todos.

1.2. El CESE considera que las preocupaciones sociales deben abordarse en total sinergia con las preocupaciones medioambientales y económicas. El cumplimiento de los ODS en la UE exige fusionar la dimensión social con las dimensiones económica y medioambiental de la sostenibilidad, generando un cambio sistémico y superando el pensamiento compartimentado que prevalece en las estrategias actuales de la UE. El valor de definir medidas y políticas a través de la lente multidimensional de la Agenda 2030 es innegable. Abordar la «cuestión social» será absolutamente esencial para aplicar esta agenda.

1.3. Si se comparan con las dimensiones medioambiental o económica, tanto las cuestiones sociales como la cohesión regional hasta ahora se han considerado más ámbitos políticos separados que una parte verdaderamente integrante de la política de sostenibilidad. Lo que define la dimensión social en una política de sostenibilidad integral no es solo que desarrolla las políticas sociales tradicionales (por ejemplo, mejores prestaciones sociales), sino que hace más por la justicia y la participación en la economía, en beneficio de las personas y las regiones.

1.4. La transición a una economía sostenible, neutra en emisiones de carbono y eficiente en el uso de los recursos requiere cambios fundamentales en nuestra sociedad y en nuestra economía. Estos cambios conllevarán oportunidades, pero también riesgos. No dejar a nadie atrás significa que todos los miembros de la sociedad y especialmente los más rezagados tienen una posibilidad real de aprovechar las oportunidades y están bien preparados para afrontar los riesgos. Esto exige una política activa. En este contexto, los grupos más vulnerables de la sociedad y las regiones y territorios más desfavorecidos necesitan una consideración especial.

1.5. No dejar a nadie atrás implica especialmente volver a habilitar a tantas personas como sea posible para que desempeñen un papel positivo como ciudadanos activos, maximizando la accesibilidad de las inversiones, nuevos estilos de vida, modelos de consumo y tecnología sostenible para todas las personas, grupos y regiones en proceso de transición. La transformación hacia la sostenibilidad no puede y no debe imponerse desde arriba; solo tendrá éxito si se basa en un amplio apoyo y la participación activa de todos.

1.6. Para cumplir los ODS y no dejar a nadie atrás, el CESE pide a la Comisión Europea, al Parlamento, al Consejo y a los Estados miembros que: — establezcan un Pacto Verde y Social Europeo como parte de una Estrategia de Desarrollo Sostenible de la UE de aquí a 2050 que esté verdaderamente desvinculada de la sobreexplotación de los recursos naturales, cuyo objetivo central sería aumentar el bienestar de los ciudadanos. Al CESE le complace que la nueva Comisión tenga intención de poner en marcha un Pacto Verde Europeo; sin embargo, insiste en que debe incluir las dimensiones sociales;

— realicen una evaluación sistemática de los posibles efectos colaterales negativos/positivos de la transición en la población de Europa (en especial los grupos pobres y vulnerables) y las regiones estructuralmente débiles, y comprendan mejor los motores intergeneracionales de la sostenibilidad y la desigualdad;

— establezcan las estructuras y herramientas de gobernanza adecuadas para cumplir los ODS y el Pacto Verde y Social Europeo, por ejemplo utilizando el Semestre Europeo, la mejora de la legislación y el MFP, incluidos los fondos de cohesión y sociales para impulsar la transformación;

— contribuyan a una comprensión más amplia de la «transición justa» (más allá del carbón) y apliquen plenamente el pilar europeo de derechos sociales en apoyo de la misma, impulsando al mismo tiempo reformas de los sistemas redistributivos (fiscalidad adaptada, protección social e inversiones sostenibles y sociales), así como el equilibrio entre vida privada y vida laboral y la igualdad de género;

— garanticen la igualdad de acceso y de oportunidades a una educación y formación adecuadas para todos;

— superen los obstáculos a la participación activa de los ciudadanos que no disponen del capital financiero y social, los conocimientos y la información necesarios ni de acceso a oportunidades;

— introduzcan políticas que beneficien a los ciudadanos y protejan el medio ambiente, por ejemplo planes contra la contaminación atmosférica que prioricen a los grupos vulnerables, políticas de vivienda social ecológica, etc.

— fomenten una economía social y colaborativa dentro de la transición a la sostenibilidad (por ejemplo, cualificaciones, economía circular, transición energética, fomento de cooperativas);

— presten apoyo a las pymes para que lleven a cabo con éxito la transición y logren una competitividad sostenible, mediante un mejor acceso a las cualificaciones, la financiación, la innovación y la tecnología;

— mejoren la creación de puestos de trabajo de calidad;

— diseñen una estrategia para garantizar que no solo las ciudades sino también las comunidades rurales sean más inclusivas, resilientes y sostenibles;

— refuercen la protección y adaptación al clima en Europa para luchar contra la desertificación y hacer frente a la escasez de agua y la despoblación;

— den voz a los jóvenes y las futuras generaciones y los hagan partícipes en la toma de decisiones sobre la sostenibilidad;

— promuevan una política comercial sostenible, que internalice las externalidades sociales y medioambientales positivas y negativas del comercio.

2.1. Durante demasiado tiempo no se ha tenido suficientemente en cuenta la dimensión social de la sostenibilidad, ni a nivel mundial ni en la UE. En comparación con las dimensiones medioambiental y económica, tanto las cuestiones sociales como la cohesión regional hasta ahora se han considerado más ámbitos políticos separados que una parte verdaderamente integrante de la política de sostenibilidad, mientras que siguen existiendo desigualdades sociales y desequilibrios regionales generalizados en Europa, y en algunos lugares se están agravando. Hasta ahora, las políticas, efectivamente, han dejado atrás a personas, grupos y regiones, al no respetar no solo los límites planetarios, sino tampoco las necesidades sociales básicas de partes significativas de la población de la UE. A menudo se ha responsabilizado a la UE del enorme abismo entre lo que se promete en las políticas sociales y de cohesión y lo que sucede en la realidad.

2.2. Los crecientes vínculos positivos y negativos entre los desafíos económicos, sociales y ecológicos no pueden ni deben ignorarse. Las recientes protestas en toda Europa no deben considerarse una señal de rechazo rotundo de la población general a las reformas. Son más bien una expresión de los temores de muchas personas que ya están descontentas con su situación actual y que ahora tienen miedo de que las transformaciones necesarias que les aguardan —por ejemplo, para avanzar hacia una economía neutra en emisiones de carbono— se produzcan nuevamente a su costa.

2.3. Por lo tanto, el nuevo marco de la política de desarrollo sostenible debe analizar las deficiencias de las políticas insostenibles actuales y dar lugar a un nuevo pacto verde y social que alivie de manera significativa los temores de las personas mediante soluciones prácticas. La distribución equitativa de la carga y los beneficios es el primer paso para lograr la aceptación y el apoyo públicos más amplios posibles de estas medidas sociales. Si las personas participan en la transición de manera positiva, se reducirá el riesgo de que surja un descontento u oposición aún mayor o de que cunda la resignación política al abstenerse las personas de votar, por ejemplo. No hay duda de que la falta de participación favorece los giros hacia el extremismo, el populismo, el racismo y el nacionalismo en nuestra sociedad, como puede verse ahora en muchos Estados miembros de la UE.

2.4. No podemos solucionar la crisis ecológica hasta que se aborde la dimensión social, y viceversa. Necesitamos un debate social para aceptar que la dimensión social debe estar al menos al mismo nivel que las dimensiones económica y medioambiental.

2.5. El Comité reitera que no dejar a nadie atrás no puede y no debe referirse solo a las...

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