Dictamen del Comité Europeo de las Regiones — Las inversiones territoriales integradas: un desafío para la política de cohesión de la UE después de 2020

SectionDictamen de propia iniciativa

23.5.2018 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 176/40

Ponente: Petr OSVALD (CZ/PSE), concejal de Plzeň Documento de referencia: ninguno

EL COMITÉ EUROPEO DE LAS REGIONES,

  1. señala que los entes locales y regionales se ven directamente afectados por la aplicación de los instrumentos de la política de cohesión, como las inversiones territoriales integradas (ITI), al ser los principales beneficiarios de la política y participar directamente en la gestión de la aplicación de la política en el marco de una gestión compartida. Tras varios años desde la introducción de las ITI en el período de programación 2014-2020 y habida cuenta de su gran potencial para facilitar las sinergias de inversión en el uso de los fondos EIE, el CDR presenta un dictamen de iniciativa sobre este asunto. El Comité considera que la experiencia de aplicación de los entes locales y regionales hasta la fecha, tanto por lo que respecta a sus éxitos como a los desafíos a los que se han enfrentado, debe evaluarse y tenerse en cuenta plenamente con vistas al marco legislativo posterior a 2020;

  2. destaca que la política de cohesión de la UE debe adaptarse a las condiciones y requisitos reales de cada territorio para así contribuir más eficazmente a alcanzar los objetivos de la UE, crear valor añadido europeo, mejorar las condiciones de vida económicas y sociales de los ciudadanos de la UE en general y suprimir las disparidades. Por lo tanto, no solo debe resolver de manera viable y adaptada a las circunstancias los problemas de cada territorio, sino también aprovechar su potencial y sus especificidades. Y lo que es más importante, debería dar prioridad a la política y al desarrollo regional, y en particular a las necesidades de las regiones en lugar de a las de los distintos sectores. Su actual configuración compleja la aleja de su verdadero propósito inicial. Su exhaustividad y complejidad se convierten en un obstáculo importante para la aplicación eficaz y flexible de la política de cohesión a nivel local y regional;

  3. señala que, si realmente queremos que aumente la eficacia de la política de cohesión, también en lo que respecta a la sinergia, y que se aproveche el potencial de cada territorio, es preciso modificar considerablemente el sistema de configuración de los Fondos EIE de modo que, con el fin de alcanzar los objetivos futuros de la UE y crear valor añadido europeo, se dé preferencia a un enfoque regional y local basado en las condiciones locales (un «enfoque de base local» o place-based approach), por encima de un enfoque nacional y de unas prioridades nacionales comunes;

  4. solicita que, en el contexto de la política de cohesión, se apliquen racionalmente el principio de subsidiariedad y de gestión compartida. Sobre la base de estos principios, la UE debería limitarse a fijar los objetivos generales (lo que el conjunto de la UE quiere lograr) y al nivel local y regional le correspondería definir cómo alcanzarlos en función de las realidades concretas y el potencial de cada territorio, que cambia a medida que pasa el tiempo;

  5. observa que, si se refuerza el enfoque de base local, esto implicará una comunicación más regular de los departamentos de la Comisión y, sobre todo, de la DG REGIO y de las autoridades de auditoría, ya que tendrán que comunicarse directamente no solo con las autoridades nacionales, sino también con los entes locales y regionales. Esto también limita la posibilidad de crear normas de aplicación general que, aunque permiten simplificar la gestión y el control y reducir el coste, alejan mucho la política de cohesión de sus beneficiarios. Sin embargo, la aplicación de enfoques territoriales integrados basados en la participación activa de los ciudadanos de la UE repercutirá claramente en la creación de valor añadido europeo para esos ciudadanos, lo que debe ser prioritario para la Comisión, las instituciones de la UE y los Estados miembros;

  6. señala que, si queremos construir una UE para los ciudadanos, debemos basar nuestras políticas en las poblaciones independientemente de su tamaño, es decir, en las comunidades locales y en las regiones, ya que cumplen un papel fundamental y único para los ciudadanos por lo que respecta a la calidad de vida, el medio ambiente, la educación, el empleo, los servicios sociales, la salud, la cultura, etc. Al encontrarse más cerca de los ciudadanos, perciben mejor las demandas ciudadanas y pueden estar más atentos a los cambios en su estructura social y demográfica. Crean las condiciones para proporcionar calidad de vida de las personas, teniendo en cuenta sus intereses y prioridades, y en consecuencia crean un valor añadido europeo indiscutible;

  7. destaca, por tanto, que la política regional y la dimensión regional de la política de cohesión no solo proporcionan un efecto directo tangible a las personas —haciendo que la UE como tal tenga un mayor significado para sus ciudadanos, demostrando cómo puede incidir positivamente en sus vidas y ayudando a eliminar las disparidades tanto económicas como no económicas—, sino que en particular crean las condiciones básicas para aplicar otras políticas de la UE. Por tanto, según el Comité, es esencial que la aplicación de la propia política de cohesión regional se considere un valor añadido europeo indiscutible, al igual que, por ejemplo, el apoyo a la ciencia y la investigación en sí mismo se considera un valor añadido europeo. Por consiguiente, al aplicar la política de cohesión regional no debería ser necesario demostrar que comporta un valor añadido europeo para los distintos tipos de actividades o incluso proyectos, sino que debería considerarse cómo contribuye en su conjunto, teniendo en cuenta las sinergias horizontales y verticales;

  8. señala que, para mejorar la percepción que los ciudadanos tienen de la política de cohesión y de la UE como tal, los proyectos que se ejecutan como parte de esta política deben ofrecer beneficios reales a los ciudadanos que reflejen sus necesidades. Por tanto, debe establecerse una política de cohesión regional para todos los tipos de poblaciones, desde las comunidades locales hasta las regiones, incluidas las regiones ultraperiféricas, que deben tener en cuenta la situación sobre el terreno, así como el potencial y las necesidades de las poblaciones por lo que respecta al marco temporal, las condiciones y la ubicación. En consecuencia, debería adoptarse un enfoque ascendente y aprovecharse al máximo el potencial de un enfoque integrado y las sinergias mutuas. El nivel regional y local y las regiones funcionales a caballo entre varios espacios administrativos o estadísticos deben desempeñar un papel clave para alcanzar sinergias y la integración (teniendo en cuenta los vínculos lógicos con las regiones vecinas y los intereses o necesidades de las unidades territoriales inferiores), ya que combinan la claridad de la planificación y las estrategias con el conocimiento de las condiciones...

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