Dictamen del Comité Europeo de las Regiones — El patrimonio cultural como recurso estratégico para unas regiones más cohesionadas y sostenibles en la UE

SectionDictamen de propia iniciativa

5.10.2018 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 361/31

Ponente: Babette WINTER (DE/PSE), secretaria de Estado de Asuntos Europeos y Cultura de la Cancillería del Estado federado de Turingia

EL COMITÉ EUROPEO DE LAS REGIONES,

  1. toma nota de que las múltiples modalidades del patrimonio cultural constituyen un activo valioso para Europa: son un recurso con el potencial de llegar a ser un mecanismo clave para impulsar unas regiones más cohesionadas y sostenibles en la UE, que puede contribuir a reforzar la identidad de una región y la de Europa en su conjunto, y que transmite especialmente bien el lema de la UE «Unida en la diversidad» y complementa el compromiso de la Unión Europea de respetar la diversidad cultural, como se establece en el artículo 22 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE;

  2. se remite en el presente dictamen a una serie de documentos de la Comisión Europea (1) (2), el Consejo Europeo (3) y el Comité Europeo de las Regiones (CDR) (4), en los que se ha abordado el futuro de Europa así como la consolidación de la identidad europea mediante la educación y la cultura;

  3. destaca la importancia de los valores de la UE recogidos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE —dignidad, libertad, igualdad y solidaridad— para alcanzar el bien común y, por tanto, pide que se tengan más en cuenta en la promoción del patrimonio cultural;

  4. subraya que el patrimonio cultural y la identidad cultural son un instrumento importante para impulsar el conocimiento y la conciencia de la ciudadanía sobre las raíces culturales, espirituales y religiosas comunes de Europa, impregnadas de los valores de la Ilustración, en toda su diversidad. El patrimonio cultural y la identidad cultural pueden incrementar la comprensión de los cambios y la historia de la sociedad, así como consolidar la tolerancia y la aceptación de las diferencias como respuesta al euroescepticismo y a las crecientes divisiones antieuropeas;

  5. señala que es precisamente a través del conocimiento de los vínculos seculares en Europa como pueden reconocerse la diversidad y las diferencias en un espíritu de respeto mutuo, y afirma que estas no deben utilizarse, en ningún caso, para limitar o incluso excluir; por ello rechaza cualquier abuso del patrimonio cultural para establecer limitaciones tanto dentro como fuera de la UE;

  6. toma nota de que, según las encuestas de Eurobarómetro (5), las ciudadanas y ciudadanos de la UE consideran la cultura el aglutinante más sólido de la Unión Europea, incluso por delante de los valores europeos y del Estado de Derecho, aunque más del 50 % de los encuestados respondieron negativamente a la pregunta de si consideraban que existía una cultura europea común (6);

  7. considera que estos resultados resultan contradictorios solo en apariencia y que, más bien, son la expresión de unas raíces y unas relaciones culturales comunes que se entrelazan con diferentes rasgos característicos regionales propios, lo que refleja el modelo de una Unión «unida en la diversidad»;

  8. observa que de esto se deriva una responsabilidad especial, sobre todo a nivel regional, de promover la cultura como aglutinante principal de la sociedad —teniendo en cuenta tanto las particularidades regionales respectivas como los vínculos y el intercambio dentro de Europa pero también más allá de las fronteras de la actual Unión Europea—, lo que convierte a la UE en el punto de anclaje geográfico del territorio de Europa;

  9. por tanto, anima a la Unión Europea a que añada su propia identidad y valores compartidos a las nociones ya existentes de pertenencia regional y nacional, a fin de promover una ciudadanía multinivel, como se recoge en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y en el artículo 2 del Tratado de Lisboa;

  10. llama la atención sobre los informes nacionales relativos a la aplicación de la Convención de la Unesco (7), a la que se han adherido muchos Estados miembros de la UE, aunque no todos;

  11. confirma las conclusiones de la Comisión Europea (8), según las cuales las competencias de educación y cultura de la UE incumben principalmente a los Estados miembros a nivel nacional, regional y local. Habida cuenta de que los artículos 6 y 167 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establecen que la competencia de la UE en el ámbito de la cultura solo está orientada a apoyar, coordinar o complementar la acción de los Estados miembros, el CDR apoya las iniciativas de la UE en este ámbito de competencia, que destacan las importantes dimensiones transnacionales y europeas de este ámbito político;

  12. acoge con satisfacción el hecho de que, tanto en el marco de la reunión informal del Consejo de ministros de Cultura («La cultura, el valor inclusivo de la UE») como en las Conclusiones del Consejo sobre el Plan de trabajo en materia de cultura (9), se haya hecho hincapié en la importancia del acceso a la cultura, la conservación del patrimonio cultural, la movilidad de los artistas y un mayor apoyo del sector público;

  13. subraya que el patrimonio cultural refuerza la percepción de una identidad común dentro de una región y su relación con la tradición y la historia propias y puede servir de impulso al desarrollo de los efectos de la cooperación intrarregional. Ello puede promover nuevas iniciativas culturales y educativas, el diálogo intercultural y, con ello, la actividad en el seno de la sociedad;

  14. subraya que los entes locales y regionales disponen de competencias importantes en materia de promoción del diálogo intercultural, en especial mediante la coordinación de redes locales y regionales multidimensionales en el sector cultural, que engloban a todos los agentes relevantes. En esta lógica, es importante reforzar las asociaciones público-privadas;

  15. acoge con satisfacción el reconocimiento de la educación, la cultura y las estrategias centradas en los jóvenes en la Declaración de Roma de los dirigentes de la UE (10) y hace suya la afirmación de que «la educación […] y la cultura no sirven solo a la competitividad sino también a la inclusión y la cohesión de nuestras sociedades»;

  16. subraya la importancia del Año Europeo del Patrimonio Cultural 2018 (EYCH 2018) como una iniciativa importante y valora positivamente que la Comisión Europea haya anunciado ya una evaluación; subraya, en este contexto, que los efectos positivos de este Año Europeo deberán reforzarse...

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