Reglamento (CE) nº 482/2004 de la Comisión, de 15 de marzo de 2004, por el que se fijan los derechos de importación en el sector de los cereales

• Section: Reglamento
• Issuing Organization: Comisión de las Comunidades Europeas

r a EEUU está claramente expuesta en el ordenador. Bin Laden quería atraer a EEUU a una guerra en Afganistán que ejerciera el mismo efecto que la invasión soviética de ese país en los ochenta: una guerra de desgaste que unificara al mundo musulmán y que disparara la popularidad de Al Qaeda, y con ella «su financiación y la afluencia de militantes». En otras apalabras, el contratista -como se denomina en el ordenador a Bin Laden- veía el 11-S como un acto de relaciones públicas que aumentara el prestigio de la empresa -Al Qaeda- y dañara a la competencia -que es como se califica a los servicios de espionaje occidentales y árabes.Pero se equivocó. El ordenador revela la sorpresa de los terroristas ante el colapso del régimen talibán y la precisión de los bombardeos estadounidenses.Sin embargo, al final, según Cullison, la Administración Bush acabó brindando a Bin Laden esa guerra de desgaste que tanto necesitaba. Sólo que es en Irak, en lugar de en Afganistán. «No pasó en Afganistán. Pero yo sugiero la posibilidad de que haya pasado en Irak».Esta visión de Al Qaeda como un grupo de aficionados corresponde incluso a lo que han dicho ex miembros de la organización. Como ha declarado a la cadena de televisión CBC Abdurramán Jadr, un canadiense que estuvo preso en Guantánamo y que dice conocer al líder de Al Qaeda, Bin Laden «tiene problemas con sus mujeres, tiene problemas con sus hijos, ya sabes, los niños no le hacen caso, los niños no hacen lo que deben».El ordenador también contenía información muy concreta sobre otros planes de Al Qaeda, como el asesinato del líder de la oposición antitalibán, Ahmad Shah Masud, que murió en un atentado suicida dos días antes del 11-S. Asimismo, detallaba la relación entre Al Qaeda y Richard Reid, el famoso terrorista del zapato, que trató de volar un avión con las bombas que llevaba en la falsa suela de sus zapatos...