Resolución sobre las propuestas del CESE para la reconstrucción y la recuperación tras la crisis de la COVID-19: «La UE debe guiarse por el principio de ser considerada como una comunidad con un destino común» sobre la base del trabajo del Subcomité sobre la Recuperación y reconstrucción después de la COVID-19

SectionSerie C

18.9.2020 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 311/1

Ponentes: Petr ZAHRADNIK (Gr. I) Stefano PALMIERI (Gr. II) Jan DIRX (Gr. III)

1.1. El CESE acoge con satisfacción y apoya las propuestas de la Comisión Europea: el plan Próxima Generación de la UE y el presupuesto general de la UE para 2021-2027. En la presente declaración esbozamos lo que, a nuestro juicio, deberían lograr las propuestas de recuperación y reconstrucción tras la crisis del coronavirus. Los cuatro aspectos que siguen son fundamentales para nosotros:

1.2. El CESE está convencido de que la recuperación tras los efectos de la crisis del coronavirus solo tendrá éxito si va acompañada de la reestructuración de nuestra sociedad: hemos de centrarnos tanto en la reconstrucción como en la recuperación. No podemos limitarnos a restaurar lo que ya existía en el pasado: debemos reestructurarlo y mejorarlo. Para el CESE, la reestructuración y la mejora tendrán que basarse en los principios que sustentan toda nuestra labor: la protección de los derechos humanos y sociales, los valores democráticos y el Estado de derecho, la liberación de todo el potencial del mercado único, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la creación de una economía circular y la consecución de la neutralidad climática en la UE en 2050 a más tardar. También debemos garantizar el buen gobierno y la rendición de cuentas democrática. Asimismo, es imperativo comprender por qué algunos grupos sociales resultaron más vulnerables durante la crisis, tanto respecto de una protección insuficiente contra el contagio como de pérdida de medios de subsistencia, y trabajar para limitar que esta vulnerabilidad se prolongue.

1.3. El proceso del Semestre Europeo adquirirá un papel cada vez más importante para seguir y evaluar las intervenciones establecidas en el instrumento «Next Generation EU» y, a este respecto, el CESE considera que los interlocutores económicos y sociales y las organizaciones de la sociedad civil deben desempeñar un papel importante en este proceso.

1.4. En este nuevo proceso de recuperación y reconstrucción, el CESE confía en que la próxima Conferencia sobre el Futuro de Europa constituya una oportunidad para fortalecer la estructura institucional de la UE y ahondar en la misma, así como para una verdadera renovación del proyecto de la UE, que le permita afrontar los retos de las próximas décadas.

1.5. Las inversiones realizadas en el marco del estímulo económico a corto plazo deben ser neutrales respecto a la transformación estructural de la economía europea hacia el objetivo cero en materia de contaminación, la restauración de la biodiversidad y la neutralidad climática en 2050, o acelerar dicha transformación.

1.6. La participación de todos los ciudadanos, a través de las organizaciones de los interlocutores sociales y de la sociedad civil, hará posible el proceso de reforma de la economía y la sociedad. Por tanto, los Estados miembros y la UE deben garantizar que, en este complejo proceso, nadie se quede atrás.

1.7. Y más aún: una de las principales lecciones de la crisis del coronavirus es que los sistemas de salud en casi todos los países europeos deben fortalecerse mediante la creación de una «Unión Sanitaria de la UE».

2.1.1. Aunque evaluar el impacto total de la pandemia de la COVID-19 resultaría prematuro en el momento de redactar la presente Resolución, ya ha quedado claro que se trata del peor choque económico al que se han enfrentado las economías europeas desde la Segunda Guerra Mundial. El camino hacia la recuperación resultará probablemente largo y accidentado. Las previsiones del FMI y de la Comisión Europea confirman que esta crisis ha afectado a todos los Estados miembros de la UE con distintos grados de intensidad (1), y que pone en cuestión no solo nuestras pautas de comportamiento, sino también nuestros patrones de producción, consumo y empleo.

2.1.2. Es una crisis grave porque ha sorprendido a la UE en un momento de gran debilidad económica y política. En algunos países, los efectos negativos de la anterior crisis económica y financiera (2008-2010) no se han atenuado aún, y sus economías siguen siendo bastante sensibles, frágiles y vulnerables a este tipo de perturbaciones. Del mismo modo, algunos grupos sociales, incluso en los Estados miembros más ricos, todavía tienen que recuperarse del impacto de la última crisis económica. Este es el caso, por ejemplo, de las personas con discapacidad (2). Además, la crisis se ha producido en un momento fundamental para la UE: en una fase de transición hacia una economía digital sensible a la sostenibilidad económica, medioambiental y social.

2.1.3. Se trata de una crisis que tiene un impacto perturbador desde el punto de vista económico y social, y la primera prioridad consiste en que el conjunto de actividades y políticas planteadas devuelvan nuestras vidas, nuestros sistemas económicos, sociales y medioambientales y nuestras organizaciones a una «nueva normalidad».

2.1.4. La crisis constituirá una importante prueba de resistencia para el conjunto de la Unión Europea, para nuestro sistema económico y modelos sociales, para nuestros valores y para nuestra democracia.

2.2.1. Contrariamente a la crisis anterior, esta vez nos hemos visto inmersos en un confinamiento inmediato y total respecto a numerosas actividades, lo que ha llevado a una fuerte caída de la producción, un rápido aumento del desempleo, un empeoramiento de los niveles de vida (reducción de la renta real, incertidumbre laboral, restricción de la movilidad), una drástica reducción del volumen de comercio exterior tanto dentro de la UE como con terceros países, y un fuerte deterioro de los indicadores de las haciendas públicas.

2.2.2. Sobre la base del análisis disponible del impacto de la crisis de la COVID-19 en el crecimiento económico, que prevé una reducción del crecimiento del PIB de en torno al 8 % (3), el desempleo mundial aumentaría en 24,7 millones, y la incertidumbre afectaría a entre 13 y 36 millones de puestos de trabajo (4). Para la UE, se prevé que la tasa de desempleo aumente del 6,7 % (2019) al 9,0 % (2020) (5). Esta crisis también pone en peligro gravemente: i) el sistema de pequeñas y medianas empresas que constituye la columna vertebral del sistema productivo europeo; ii) la competitividad del sistema de las grandes empresas europeas; iii) la propia supervivencia de algunos sectores económicos como la hostelería, el turismo, el transporte y la cultura.

2.2.3. Las estimaciones para 2021 (6) son mucho más optimistas, con una recuperación condicional que, en cualquier caso, dependerá de los siguientes parámetros: las medidas restrictivas ya se habrán levantado; la pandemia seguirá bajo control; y las medidas monetarias, fiscales y regulatorias sin precedentes adoptadas por los Estados miembros y la UE demostrarán su eficiencia en cuanto a la atenuación del impacto económico y social inmediato de la crisis y la mitigación del daño duradero a las relaciones económicas y sociales y a las cadenas de valor mundiales.

2.2.4. Desde la perspectiva de la UE, el mercado único se ha visto prácticamente paralizado. Además, los paquetes contra la crisis de los Estados miembros han generado un riesgo de condiciones de competencia desiguales que debe abordarse con urgencia. La incertidumbre respecto a las inversiones futuras se disparó, e indicadores fundamentales como el PMI, o la confianza de empresas y consumidores, alcanzaron mínimos históricos.

2.2.5. Así, el mayor impacto económico y social se registrará con toda probabilidad durante el segundo trimestre de este año, en función del grado de intensidad experimentado por los distintos sectores. En el segundo semestre de 2020 podemos esperar cierta recuperación económica, aunque el tipo de repunte podría diferir de un país a otro.

2.2.6. Además, y lo que resulta aún más grave, el choque ha interrumpido y modificado totalmente nuestros modelos y patrones habituales de estilo de vida. Como parte del proceso de recuperación y reinicio, es necesario centrarse no solo en recuperar el rendimiento económico, sino quizás de manera más urgente e importante, en generar esperanza y la oportunidad de adaptar nuestras vidas a la «nueva normalidad», también en lo que atañe al cumplimiento pleno de los principios de desarrollo sostenible.

2.3.1. La COVID-19 tendrá repercusiones de gran alcance en los resultados del mercado laboral. Más allá de las preocupaciones urgentes respecto a la salud de los trabajadores y sus familias, el virus y los choques económicos consiguientes repercutirán en el ámbito del trabajo de tres formas esenciales: 1) la cantidad de puestos de trabajo (tanto en lo que se refiere al desempleo como al subempleo); 2) la calidad del trabajo; y 3) los efectos en grupos específicos más vulnerables a los resultados adversos del mercado laboral. Algunas categorías de trabajadores se ven más afectadas porque carecen de redes de seguridad social: jóvenes en puestos de trabajo precarios, trabajadores de edad avanzada, trabajadores con discapacidad, mujeres que se encuentran sobrerrepresentadas en los sectores más gravemente perjudicados o que se quedan en casa para cuidar a sus familiares, autónomos y trabajadores de plataformas digitales, trabajadores con salarios bajos, trabajadores migrantes y personas a las que se alude como trabajadores «invisibles», es decir, los que llevan a cabo trabajos no declarados. También es probable que la pobreza de los ocupados aumente de manera significativa (7).

2.3.2. Proteger el empleo y los ingresos para todos los trabajadores constituye una prioridad, y debemos configurar las políticas actuales adoptando una perspectiva a largo plazo. La UE necesita una sólida estrategia social europea de recuperación y reconstrucción a escala comunitaria y nacional con la participación activa de los interlocutores sociales para revitalizar la economía, salvaguardar los derechos de los trabajadores y garantizar el bienestar para todos...

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