Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema: «Los programas de desarrollo rural: ¿primeros auxilios o brotes verdes de la recuperación?» (dictamen de iniciativa)

Sectiondictamen

15.1.2016 ES Diario Oficial de la Unión Europea C 13/89

Ponente: Tom JONES Coponente: Joana AGUDO I BATALLER

El 22 de enero de 2015, de conformidad con el artículo 29, apartado 2, de su Reglamento interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre

Los programas de desarrollo rural: ¿primeros auxilios o brotes verdes de la recuperación

(Dictamen de iniciativa).

La Sección Especializada de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 13 de julio de 2015.

En su 510o pleno de los días 16 y 17 de septiembre de 2015 (sesión del 17 de septiembre de 2015) el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 192 votos a favor, 3 en contra y 10 abstenciones el presente dictamen.

1.1. El CESE acoge con satisfacción el compromiso constante de la UE, los Estados miembros y las regiones de abordar, mediante un amplio Programa de Desarrollo Rural (PRD), algunos de los desafíos a los que se enfrentan las zonas rurales. Reconoce los esfuerzos llevados a cabo por la Comisión y las administraciones públicas nacionales para adoptar y elaborar el nuevo programa. Sin embargo, dada la crisis que afecta a numerosas zonas rurales desfavorecidas, existe cierta decepción por los retrasos que se han dado a la hora de presentar, aprobar y lanzar el programa en varios Estados miembros y regiones. Por consiguiente, se recomienda a la Comisión que, junto con las autoridades nacionales y regionales, encargue una revisión independiente de este proceso para evitar nuevos retrasos en el futuro.

1.2. El Programa de Desarrollo Rural depende, para su éxito, de la eficacia del principio de asociación. La responsabilidad compartida del programa entre las partes interesadas públicas y privadas, los interlocutores sociales y las ONG, de conformidad con las obligaciones del Tratado y otros compromisos, es de fundamental importancia. El CESE señala que se han registrado mejoras en la participación con respecto a programas anteriores, pero que la asociación sigue siendo variable en el territorio de la UE.

1.3. El papel de los comités de seguimiento debe ser transparente. Los miembros deberían ser rigurosos en el control de los objetivos y gozar de acceso a las directrices financieras. Su composición debería ser integradora, con posibilidad de reflejar, cuando proceda, coaliciones de intereses.

1.4. De acuerdo con el Reglamento (UE) no 1303/2013 y en particular su artículo 5 sobre asociación y gobernanza, el CESE considera que la Comisión debe hacer un seguimiento de la aplicación del mismo en la preparación de los acuerdos de asociación y en la ejecución de los programas, inclusive a través de la participación en los comités de seguimiento.

1.5. Se acoge favorablemente la variedad de programas basados en las necesidades y prioridades locales, así como el recurso al modelo del desarrollo local participativo (DLP) a fin de favorecer una participación más integradora de las comunidades. Deberían difundirse las mejores prácticas de métodos de trabajo eficientes en el uso de este modelo.

1.6. Las restricciones presupuestarias implican un papel complementario y no redundante con relación al resto del presupuesto de la PAC. Se recomienda hacer un uso máximo de las fuentes de cofinanciación gubernamentales, privadas y voluntarias, y utilizar un proceso racionalizado para los solicitantes. Las autoridades de gestión deberían facilitar el acceso a los Fondos de Cohesión y otros fondos de inversión europeos en aquellos casos en que los proyectos cumplan criterios más amplios.

1.7. Como el CESE ya señaló (1), quince Estados miembros han transferido fondos de los pagos directos a los programas de desarrollo rural, mientras que en los otros cinco Estados miembros las transferencias han pasado del segundo pilar al primero. Ambas opciones son legítimas –puesto que los colegisladores las permiten–, aunque no tienen el mismo valor: el objetivo de los programas de desarrollo rural es conseguir un desarrollo territorial más equilibrado en cada una de las regiones de la UE. Se recomienda llevar a cabo un estudio de la coherencia y la eficacia de esta medida de flexibilidad, incluido su impacto en el mercado interior.

1.8. El establecimiento de prioridades registrará grandes variaciones entre los Estados miembros y las regiones. El presente dictamen destaca la importancia del desarrollo sostenible para las actividades económicas, el medio ambiente y la justicia social, y pone un fuerte énfasis en el valor añadido que se aporta a los recursos de la tierra. Se recomienda a la Comisión que lleve a cabo un análisis intermedio de los avances realizados en la consecución de los objetivos correspondientes a las prioridades mencionadas, sin dejar de cumplir los compromisos existentes. Las autoridades deberían poder realizar ajustes que permitan a los nuevos proyectos finalizar con éxito el programa y extraer lecciones positivas que puedan usarse en cualquier política marco futura para las zonas rurales.

1.9. Algunos temen seriamente que los PDR no sean capaces de alcanzar una mejor cohesión territorial. Las zonas más remotas y económicamente marginales, tanto dentro de los países y regiones como entre ellos, carecen de la capacidad estructural necesaria para aprovechar los fondos y el apoyo disponibles. Se requieren recursos específicos adicionales durante períodos de tiempo más largos, entre los que se cuentan el tutelaje transfronterizo, los hermanamientos, el desarrollo de capacidades de asesoramiento y las inversiones y préstamos innovadores en favor de empresas tanto sociales como privadas.

1.10. El modelo bien asentado del programa Leader se ha hecho acreedor de un respeto generalizado y se alienta a las redes de desarrollo rural financiadas por la Comisión Europea a que sigan difundiendo las mejores prácticas.

1.11. Está claro el fuerte énfasis de todos los programas en el mantenimiento de los puestos de trabajo y la creación de nuevas oportunidades de empleo en las zonas rurales, así como la importancia de las inversiones, el intercambio de conocimientos, la formación, el tutelaje y unos vínculos más estrechos con las instituciones de investigación. Son importantes las medidas para incentivar a los jóvenes a que proyecten su futuro en las zonas rurales y las medidas que ayuden a la integración de todas aquellas personas que tengan dificultades especiales o discapacidades físicas y mentales. Los incentivos financieros en apoyo a la regeneración generacional resultan cruciales. Además, las escuelas y los centros de enseñanza superior de las zonas rurales deben adecuarse en mayor medida a las necesidades –tanto las tradicionales como las que están en proceso de cambio– que estas zonas tienen en materia de competencias.

1.12. Es necesario abordar la cuestión de la planificación de las sucesiones, combinando las posibilidades que ofrecen los programas de desarrollo rural con las normas nacionales y regionales sobre transferencia de activos, a fin de experimentar diversos modelos de empresa. El CESE alienta la movilidad de la mano de obra, siempre que sea apoyada por una formación de calidad y se respeten los derechos de los trabajadores.

1.13. La contribución de las mujeres al éxito de los programas debería fijarse como objetivo y recibir un apoyo específico. Su papel es crucial para garantizar la permanencia en las zonas rurales, no solo por lo que se refiere a la diversificación y transformación de los productos agrícolas sino también por la colaboración que prestan al desarrollo territorial local mediante la oferta de actividades artesanales, agro-turísticas y también como factor...

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